La deuda de Chile con el cáncer de pulmón

Sin Políticas Públicas Sanitarias, Chile se queda atrás en el combate del cáncer de pulmón en Latinoamérica. Expertos convocaron a todos los actores para transformar los indicadores de la patología neoplásica más mortal en la Región.

Sin Políticas Públicas Sanitarias, Chile se queda atrás en el combate del cáncer de pulmón en Latinoamérica. Expertos convocaron a todos los actores para transformar los indicadores de la patología neoplásica más mortal en la Región.

De continuar  la trayectoria mostrada hasta hoy en Chile, “las  cifras de mortalidad por cáncer de pulmón en el futuro van a ser como si se muriera todo Valparaíso en un año”, afirmó categórico el Dr. Osvaldo Arén Frontera, Director Ejecutivo del Centro de Investigación Clínico Bradford Hill, Chile, durante el  War on Cáncer Latam 2018, realizado en Bogotá Colombia.

Según se alertó durante el  Foro “El Cáncer de pulmón en América Latina: Es tiempo de dejar de mirar hacia otro lado”, la neoplasia de pulmón mata a más personas en América Latina  que cualquier otro tipo de cáncer. Las cifras del Centro Internacional de  Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) en 2012 (sus datos más recientes), indican que apenas un poco más de 60.000 personas murieron en los 12 países incluidos en el estudio de la Unidad de Inteligencia de The Economist y patrocinado por Roche -Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay-. “La cifra de carga mundial de morbilidad (CMM) de la OMS, utilizando una metodología diferente, sitúan la cifra  de 2016 apenas por encima de 65.000. En ambos casos, esto representa un incremento de 10.000 vidas perdidas con respecto a las acusadas por el segundo cáncer más letal, y alrededor del 11-12 %  de todas las muertes por neoplasia”.

Utilizando  el método de interpolación, el análisis proyectó  un impacto estimado de 1.350 millones de dólares de costos directos, por concepto de diagnóstico, tratamiento y cuidados paliativos por cáncer al pulmón en América Latina. Esto corresponde al 0,4% del gasto sanitario; mientras que los costos indirectos incluyeron el impacto de la pérdida de productividad por ausencia laboral y mortalidad temprana.

Los desafíos de acceso  al diagnóstico y el tratamiento del cáncer al pulmón, siguen siendo una barrera importante, dice el Informe, “y afectan mucho más al sistema sanitario público que al privado, llegando a niveles preocupantes de disparidad -en los países estudiados-. Pero aún, la atención pública no siempre es asequible. Algunos programas gubernamentales  que cubren los costos elevados de otros tipos de cáncer no incluyen el cáncer de pulmón, especialmente el Seguro Popular de México y el Régimen  de Garantías Explícitas en Salud de Chile”.

 

Si bien, “el tratamiento tiene algunas fortalezas, pero la falta de recursos impide mejorar la atención. El tratamiento del cáncer de pulmón varía ampliamente según el país: algunos como Uruguay y Argentina, tienen una cobertura más amplia, incluso para aquellos con medios financieros más limitados, mientras que otros como  Paraguay y Bolivia, brindan sólo lo básico. La mayoría de los países estudiados tienen directrices nacionales para el tratamiento, aunque sorprende que Chile no cuente con ellas. Pero poner en práctica esas directrices es otro asunto, dada la fragmentación del sistema sanitario y los recursos limitados que impiden o reducen la disponibilidad de atención multidisciplinaria”, subrayó el documento de The Economist.

En este escenario, manifestó el Dr. Osvaldo Arén, “el desafío que se nos viene es muy grande y  no lo puede hacer un solo país. Necesitamos que el cáncer de pulmón pase a ser una enfermedad no curativa, pero no mortal, tal como lo es la diabetes, que es una enfermedad no curativa pero no mortal, porque utilizamos la insulina, pero, si a un diabético lo dejamos sin insulina 2 días, se muere”.

En ese contexto, añadió, “los políticos no tienen idea ni formación en este tema. Si no se reúnen con expertos esto  nos puede desbordar, porque la  población requiere que los gobiernos la cuiden y le den la opción de salud. Nadie está pidiendo que lo curen, sino que el día en que estén enfermos, les den las posibilidades que la Ciencia, hasta el momento, está brindando”. Sin priorizar el cuidado de la salud de los ciudadanos y ciudadanos, “el futuro puede ser muy, muy  negativo, porque las poblaciones están mucho más empoderadas  que hace 10 o  20 años, con mucho más conocimiento, con más posibilidades de conectarse”.

De este modo, uno de los caminos que propuso el oncólogo a los países de la Región fue modificar la adquisición de medicamentos. “Con mejores tratamientos pero de muy alto costo, si las compras no son globalizadas, con un riesgo compartido entre la Industria Farmacéutica y el país, agregando un porcentaje no menor de  Investigación Clínica de esos países,  este tema no se va a solucionar”.

Combatir el cáncer de pulmón es tarea de todos y todas, “es una lucha conjunta de Latinoamérica y en todos los planos, en educación para luchar contra el tabaquismo; en la negociación colectiva de la Industria Farmacéutica; en el riesgo compartido por los costos con la Industria Farmacéutica; y si no este tema nos va desbordar  y no imaginamos las consecuencias que puede tener con la población como está de informada, con los diferentes actores en salud que hay en este momento, que buscan un mayor acceso de la población a la salud”.

Asimismo, el Dr. Osvaldo Arén, recalcó que se deben consultar Fuentes expertas que aporten los insumos que requiere la toma de decisión en Políticas Públicas de Salud. “Los que sabemos del tema somos los que estamos en él; los que tenemos que mirar a los ojos a los pacientes y decirle tiene tratamiento,  pero no se lo puedo dar porque el Sistema no lo cubre; y tener que decir no al paciente repetidas veces, nos da una experiencia agregada muy importante. No es un número, es un paciente que puede ser una mujer no fumadora  de  45 años, a quien le  tengamos una terapia, pero que no se la podamos dar por el sistema”.

Por su parte, el Director de Oncología Global de la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami, Dr. Gilberto Lopes, valoró que el control del tabaquismo sea una fortaleza creciente en la Región debido a las Políticas de Control del tabaco, pero, señaló que “Chile aún tiene muchos fumadores y aunque se ha trabajado bastante y se disminuyó mucho en los últimos 15 años, aún queda bastante por hacer, sobre todo en los jóvenes que han empezado a fumar, y ahora más con el cigarrillo electrónico, que  pasa a ser un puente para el problema”. De ahí la importancia de una Campaña Educativa constante, “porque la Industria Tabacalera vive de su producto, y nosotros, que trabajamos en Salud Pública, debemos tener siempre este foco y no dejar esta lucha, porque es importante seguirla”.

La modalidad de Semáforo propuesta por la  Unidad de Inteligencia de The Economist, y que midió los resultados de los 12 países en 5 áreas, dio cuenta de que el estigma social dificulta varios de los elementos que ayudan a controlar el cáncer de pulmón, “el cáncer de pulmón parece tratarse como una neoplasia de segunda clase, con una cantidad de fondos dedicados para su Investigación que es muy escasa en comparación, por ejemplo, con la carga de esta enfermedad sobre el sistema de salud”. Así también, sostuvo que “la condena social hace que las personas que presentan síntomas tarden en pedir asistencia médica, lo que aumenta el problema del diagnóstico tardío”.

semáforo

Ante esta realidad, que implica que el estigma social  sería un daño colateral en la lucha contra el tabaquismo, el Dr. Gilberto Lopes explicó que “es importante acordarnos que la mayoría de las personas que fuma lo hace porque es dependiente química, no es porque decide todos los días levantarse a fumar. Sí lo hizo en algún momento, cuando decidió fumar su primer  cigarrillo, pero muchas veces la persona lo hizo cuando tenía 14 o 15 años, por lo que hay que verlo de la misma forma que alguien que tiene diabetes, uno no va a culpar a alguien que tiene diabetes por su enfermedad, por más que, obviamente, cuando uno come más, sube el riesgo de contraer diabetes”.

Modificar el estigma y generar más consciencia sobre el cáncer al pulmón resulta urgente, junto con “tener un poco más de compasión y no culpar al enfermo por su padecimiento, eso es algo que debemos cambiar, pues nos trae muchos problemas, tanto en Salud Pública, porque no se invierte para diagnosticar y tratar el cáncer de pulmón, como en Investigación para buscar nuevos métodos  de tratamiento”, argumentó el Dr. Lopes.

Aunque es frecuente que la atención del cáncer al pulmón sea ineficaz y el acceso desigual, según el estudio de The Economist, se deben considerar áreas prioritarias, entre las que se encuentran, los tratamientos, “a fin de centrar mejor los recursos limitados y promover la atención multidisciplinaria”. El Dr. Gilberto Lopes dijo que “para  los pacientes que fuman, la estrategia del tamizaje es efectiva y costo efectiva también, y es mejor si, al mismo tiempo, se hace  el esfuerzo de que el paciente deje de fumar. Por eso, el Sistema de Salud tiene que estar preparado, no sólo para  hacer las tomografías, sino también para traer a los pacientes a clínicas para ayudar que ellos dejen  de fumar”.

En relación al costo de estos tratamientos nuevos, continuó el experto, “eso sí es un problema más serio, las  medicinas innovadoras cuestas miles de miles de millones de dólares  para desarrollarse y con eso pueden tener un costo de 10 mil US al mes,  150 y 300 millones  de US por paciente al mes y eso, naturalmente, es inasequible en Latinoamérica, en Chile, en Brasil, en cualquier país que veamos”.

Coincidentemente con el Dr. Osvaldo Arén, el Dr. Gilberto Lopes aseguró que “tenemos mucho trabajo por hacer y hay que traer a  todos los actores que están involucrados, no solamente los Gobiernos y las Fuentes que pagan los Sistemas de  Salud, también la Industria Farmacéutica, grupos de pacientes, grupos de médicos, porque tenemos que encontrar soluciones innovadoras”.

El académico de la Universidad de Miami agregó que “no podemos cobrar en Latinoamérica los mismos precios que se cobran en EE.UU y Europa, tenemos que tener precios diferenciados y sabemos que la industria lo hace cuando se da cuenta que el mercado que va a tener es  grande y suficiente para compensar. O sea, uno cambia el costo alto para cada paciente, para tratar a todos los pacientes quizás por el 10 – 20 % del precio, pero por muchos más pacientes que tienen acceso”.

 





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