Rodrigo Cornejo por Aula Segura: “Los profesores quieren apoyo, no echar a sus alumnos”

El director ejecutivo del Observatorio Chileno de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, Rodrigo Cornejo, comentó el debate que se ha dado en los últimos días en torno a este proyecto de ley y las posibles soluciones para mejorar la convivencia escolar.

El director ejecutivo del Observatorio Chileno de Políticas Educativas de la Universidad de Chile, Rodrigo Cornejo, comentó el debate que se ha dado en los últimos días en torno a este proyecto de ley y las posibles soluciones para mejorar la convivencia escolar.

Durante esta semana, se reanudó el debate en el Senado sobre el proyecto de Ley Aula Segura. Sin embargo, la discusión sobre esta propuesta ha llegado más allá del mundo político, pues tanto las comunidades escolares como la academia han manifestado su oposición, ya que solo establece medidas punitivas, generaliza un asunto local y no soluciona el problema de fondo.

En conversación con Radio Universidad de Chile, el psicólogo  y director ejecutivo del Observatorio Chileno de Políticas Educativas de nuestra casa de estudios, Rodrigo Cornejo, explicó que el proyecto de Ley Aula Segura responde a una tradición legislativa en el país, la que consiste en hacer políticas públicas enfocados en mirar desde afuera las situaciones.

El experto en temas educacionales señaló que en los procesos legislativos en Chile suelen excluirse a las comunidades y a la academia, sobre todo cuando se ha tratado de casos como estos, referentes al ámbito educacional, lo que impide conocer cuáles son sus opiniones y cómo ellos quieren que mejoren las propuestas que les afectan.

En esa línea, dijo que ha seguido de cerca la discusión en torno a Aula Segura, y que ha podido constatar personalmente que la mayoría de las comunidades y actores sociales vinculados a la educación han rechazado este proyecto, y que las excepciones existentes apoyan la iniciativa motivadas por el miedo a la violencia escolar.

El académico de la Facultad de Ciencias de Sociales de la Universidad de Chile explicó que por las condiciones en las que se ha elaborado este proyecto, es probable que no se concrete, pero que su presentación puede tener una segunda intención política.

“Yo pienso que el proyecto como está, está muerto, no tienen ninguna posibilidad de aprobarse, pero el Gobierno está, a mi juicio, explotando la idea de que ellos sí tienen mano dura contra la delincuencia, ellos van a defender a la gente que es víctima de las agresiones, entonces creo que, incluso, están pensando que puede no aprobarse, pero la imagen que va quedar es de un Gobierno fuerte”.

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Cornejo explicó que Aula Segura no tiene ninguna lógica educativa, sino por el contrario, solo una intención punitiva, lo que no resuelve el problema de fondo ni tampoco las reales demandas de las comunidades escolares y docentes.

Si bien condenó los hechos de violencia, dijo que la situación se debe abordar de una forma diferente, pues se debe apuntar a crear políticas públicas vinculadas al fortalecimiento de la educación pública y a la relación entre los alumnos y sus profesores y profesoras.

Respecto de esto, aseguró que lo quieren los docentes es “que los apoyen, que les den más tiempo para poder trabajar y preparar sus clases, para poder atender de forma más personalizada a sus estudiantes, contar con equipos técnicos de psicólogos, trabajadores sociales y orientadores, quieren tener condiciones para hacer bien la inclusión educativa, no quieren echar a sus estudiantes”.

El psicólogo indicó que en los estudiantes secundarios existe mucha rabia acumulada, ya que, si bien desde el año 2006 han levantado diversas manifestaciones para producir cambios en la educación, los principales beneficiados han sido los universitarios.

Por esto, señaló que aprobar Aula Segura sería contrarrestar los pocos avances que se han hecho, y que lo correcto es avanzar en torno a mejorar la convivencia escolar y la orientación de los alumnos.

“El camino es fortalecer las comunidades, tenemos ejemplos de liceos muy conflictivos que, en un trabajo de joyería, de participación, de diálogo, de incorporación democrática, con claridades, han avanzado con convivencia más pacífica, más humana que es o que todos queremos”.

A partir de su experiencia, Rodrigo Cornejo comentó que un ejemplo a seguir es lo que ocurrió en el Liceo Confederación Suiza de Santiago, que hasta hace unos años estaba vinculo a la violencia estudiantil, pero que, mediante nuevos reglamentos, espacios de discusión entre profesores, alumnos y asignaturas de desarrollo personal para conversar sobre violencia ha mejorado su convivencia escolar.

 

 





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