En la sesión de este jueves, la vicepresidenta de la CIDH, Esmeralda Arosemena de Troitiño, pidió “considerar el cumplimiento de las condiciones que hacen aplicable la Carta Democrática Interamericana“.
La Carta Democrática de la OEA se aplica cuando hay una alteración o una ruptura del orden democrático y puede acabar en la suspensión de un miembro.Si la Asamblea General, convocada para un período extraordinario de sesiones, constata que se ha producido la ruptura del orden democrático en uno de sus miembros y que las gestiones diplomáticas han sido infructuosas, puede decidir su suspensión. El caso más reciente fue el de Honduras tras el golpe de Estado contra Manuel Zelaya en 2009.
Todo hace parecer que este pedido contra Nicaragua gozaría de la aprobación de la mayoría de los países miembros de la OEA. La embajadora argentina, Paula Bertol, indicó que varios países están pensando en su aplicación porque “estamos hablando de terrorismo de Estado”.
En ese mismo sentido, el representante colombiano, Alejandro Ordóñez, señaló que la OEA debe tomar “un papel indispensable” ante la crisis que vive Nicaragua, instando también a la aplicación de la Carta.
Crisis en Nicaragua
En Washington, el GIEI denunció en su informe, presentado el 21 de diciembre, que “el Estado de Nicaragua ha llevado a cabo conductas que, de acuerdo con el derecho internacional, deben considerarse crímenes de lesa humanidad, particularmente asesinatos, privación arbitraria de libertad y crimen de persecución”.