Las cifras de desempleo han aumentado significativamente sin que exista una tesis consistente de parte del Gobierno que las explique. Y es que, según se conoció la semana pasada, solo en Santiago, el nivel de desocupación alcanzó un 8,4 por ciento; sin embargo, hasta el momento, el Ejecutivo mantiene una sola teoría: la llegada masiva de inmigrantes en los últimos cinco años.
Este martes, por ejemplo, el Presidente Sebastián Piñera volvió a reafirmar lo planteado en un conocido matinal y lo mismo hizo el ministro de Trabajo, Nicolás Monckeberg, en una entrevista radial. El aumento de inmigrantes en Chile, según dijeron, está incrementando la exigencia de generación de empleos; pero ¿es esta la única lógica para explicar el complejo escenario laboral en el país?
Para el economista e investigador de la Fundación Sol, Marco Kremerman, esta afirmación es “una verdad a medias”, dado que la problemática del desempleo en el país es un fenómeno estructural arrastrado desde hace diez años.
Así, Kremerman entregó detalles a Diario y Radio Universidad de Chile de lo que considera pueden ser otras razones que expliquen el aumento del desempleo en Chile y que, según dijo, queda reflejado también en las encuestas que periódicamente publica el Instituto Nacional de Estadística (INE).
“Hay un número excesivo de personas que trabajan jornada parcial, pero de manera involuntaria, lo que se conoce como el subempleo, y son más de 800 mil personas en esa situación. La mitad de ellas gana menos de 130 mil pesos. Si uno ajusta con esto la tasa de desempleo que ha estado muy baja en los últimos 10 años, la tasa ha estado sobre el 12 por ciento”, explicó el experto.
A estas cifras, además, se le suma un nuevo reajuste en las proyecciones de crecimiento del país que, según indicó el Presidente Sebastián Piñera, esta vez será de un 3 por ciento anual.
Por supuesto, en el ambiente político, las críticas por lo dicho no se hicieron esperar. El diputado de la Democracia Cristiana, Raúl Soto, en conversación con nuestro medio, rechazó la utilización del factor migrantes como una razón válida para explicar el desempleo y el posterior reajuste en el crecimiento del país.
“Quisiera decirle al ministro Monckeberg y al Presidente Piñera, que el período de marcha blanca ya se les acabó. Después de 15 meses de ejecución de un proyecto como el de Chile Vamos, creo que es necesario empezar a asumir las responsabilidades políticas de la conducción de la política económica y laboral del país y dejar de echarle la culpa a causas externas”, criticó el diputado.
Hay que recordar, además, que Soto ha manifestado hace poco su intención de conseguir apoyo parlamentario para poder interpelar al ministro Monckeberg respecto del tema desempleo. Esta idea, según comentó a nuestro medio, sigue vigente dado que se trata de una gran contradicción con lo prometido en campaña.
En tanto, desde la comunidad migrante en Chile, la teoría respaldada por el Ejecutivo, según indicó el vocero de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes, Rodolfo Noriega, es tomada como un pretexto, sobre todo cuando el proceso migratorio en los últimos cinco años ha sufrido diversos cambios.
“En el último año, cuando se establecieron más medidas restrictivas, la población migrante se incrementó en 60 por ciento. Estamos hablando de una migración que viene de 20 años atrás y que no ha afectado al nivel de desempleo porque es una fuerza que está ocupada. El trabajador migrante se ocupa rápidamente porque tiene carencias básicas de subsistencia”, precisó el dirigente.
Y es justamente la prisa por encontrar trabajo, lo que muchas veces, según Noriega, termina generando que el migrante aproveche espacios de precariedad que ya estaban instalados desde hace muchos años en el país.
Aunque esta situación no sea del todo la ideal, Noriega afirmó que a través de distintos casos a nivel mundial, se puede constatar que este fenómeno muchas veces ha terminado por repotenciar la producción nacional y tener un impacto positivo en la economía. En ninguno de los casos, sin embargo, ha generado la situación de desempleo de la que el Gobierno hace responsable a la población migrante.