La Unión Europea y Brasil cerraron este martes su cumbre en Estocolmo con un ‘statu quo’ sobre las negociaciones para un acuerdo planetario contra el cambio climático, señal de que persisten las diferencias entre ricos y emergentes sobre el esfuerzo que debe asumir cada uno, a dos meses de la cita de Copenhague.
El Presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, recibido por el primer ministro sueco y Presidente de turno de la UE, Fre-drik Rein-feldt, y por el jefe de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, exigió que sean los países grandes emisores de dióxido de carbono, como Estados Unidos, quienes se comprometan con las mayores reducciones.
En la ocasión, Lula llamó a que cada país asuma su responsabilidad por el daño que está causando al planeta durante la conferencia de las Naciones Unidas del 7 al 18 de diciembre en Copenhague, llamada a dar a luz a un ambicioso acuerdo contra el cambio climático.