La propagación del COVID-19 y, anteriormente el estallido social, impactaron fuertemente a la industria de los espectáculos en vivo. La sistemática suspensión de eventos dejó en jaque al sector entretenimiento, mostrando la fragilidad laboral y económica con la que conviven día a día artistas, productoras y recintos.
Por esta razón, distintos referentes de la industria creativa se agruparon. En esta nueva red se encuentran la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (AGEPEC), la Asociación Gremial Industria Musical Independiente de Chile (IMICHILE); y recintos como el Teatro Caupolicán, Movistar Arena y Monticello. A ellos se suman Puntoticket, Ticketek y Top Ticket, entre otros.
Según cálculos preliminares, el impacto total que podría dejar la pandemia y lo ocurrido en octubre, afectarían a más de dos mil 83 pequeñas productoras, mil 952 teatros y recintos, bordeando los 250 millones de dólares. En términos de empleo, de los 800 mil puestos de trabajo, 160 mil podrían perder su fuente laboral.
Con esta realidad a cuestas, la agrupación se reunió con el ministerio de Economía, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) y el Ministerio de Hacienda con el fin de establecer puentes y buscar en conjunto las mejores soluciones para el sector.
“Es tan grave la situación que hemos acudido a la autoridad para plantearle la realidad de esta industria y la vulnerabilidad en la que se encuentra. Acá hay desde productores, artistas, músicos, recintos de entretenimiento, puntos de venta y todos con una realidad particular que no podemos ignorar”, afirma Jorge Ramírez, miembro de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (AGEPEC).
Por otro lado, Oliver Knust, director de la Asociación Gremial Industria Musical Independiente de Chile (IMICHILE) señaló que “la situación para las pymes del sector musical es seria, se necesita poner la alarma sobre la fragilidad de estas empresas y sus trabajadores, que sin medidas por parte del Estado corren un alto riesgo de quiebra”.
Finalmente, y de manera colaborativa, las distintas organizaciones han puesto a disposición de la autoridad toda su experiencia y trayectoria montando espectáculos de gran envergadura. Por ejemplo, implementando centros de logística y distribución, dado que cuentan con la infraestructura y el conocimiento.