Luego de la aprobación de la Reforma Constitucional de retiro del 10% de los fondos previsionales de las AFP, se ha desatado toda una batalla por el “90%”, que da cuenta de la disputa sobre qué sistema previsional regirá para el futuro. Ante esta grieta que se abre, es imprescindible aclarar algunas cosas, en especial, frente a la campaña engañosa que impulsan la derecha y los grandes empresarios.
Derribemos mitos. Primer mito es que, quienes estamos contra las AFP y hemos impulsado la derogación del DL3500, buscamos “expropiar” los fondos previsionales de las y los trabajadores, supuestamente, para que queden en manos de “los políticos”. Cualquier persona con un mínimo de sensatez sabría que eso es absurdo. Nadie dejaría sus fondos previsionales en manos de los gobiernos de turno, ni del congreso, ni de operadores políticos, por tanto, esa falacia está fuera del debate real sobre el destino de los ahorros previsionales. La propuesta que, como Coordinadora NO + AFP hemos planteado, establece que será una institución administradora de derecho público de seguridad social, autónoma de los gobiernos de turno, del congreso y de otras instituciones del estado, sin fines de lucro, con individualidad jurídica, contable y administrativa, quien administre el nuevo sistema[1].
Segundo mito es que “el sistema de reparto solidario ha fracasado en todo el mundo”, lo cual es una falacia gigantesca, porque es absolutamente lo contrario. La gran mayoría de los países del mundo tiene como base un sistema de reparto solidario y en caso de existir ahorro individual, solo es complementario. “Entre 1981 y 2014, treinta países privatizaron total o parcialmente sus sistemas de pensiones públicas obligatorias; en 2018, dieciocho países habían revertido las privatizaciones”.[2] Con ello hoy en día, de los 194 países en el mundo el 94% tiene sistemas de seguridad social. Del 6% restante, Chile no solo es el pionero en privatizar las pensiones, además es el único del planeta en el que la capitalización individual es el único mecanismo para la financiar las pensiones contributivas de su población civil
De aquí se desprende la gran batalla de ideas, una batalla cultural, puesto que aún persiste en parte de la población el pensamiento neoliberal e individualista de que “los fondos son míos”. En los hechos concretos, los fondos no son nuestros, eso es otro de los mitos que han alimentado por décadas. Así lo reafirman los fallos de las cortes de apelaciones de Antofagasta, Talca y Magallanes que dieron favor a las requirentes para hacer uso de sus ahorros ante situaciones fundadas, pero -que con Tribunal Constitucional incluido- han sido revertidos para dar razón a que las AFP no entreguen esos recursos a sus “propietarias”. Los fondos serán nuestros una vez que se ponga fin al negocio de las AFP y que estos sean recuperados por las y los trabajadores, porque las AFP no tienen como fin asegurar pensiones, su finalidad es generar utilidades y sobre todo, ser fuente de capital disponible para las grandes empresas del país. Son ellos quienes expropian mes a mes nuestros ahorros.
Es fundamental, además de derribar los mitos y campañas mentirosas de la derecha, intensificar el proceso de educación popular, de propaganda, un verdadero ejercicio de pedagogía política, al que contribuimos protagónicamente como Coordinadora NO+AFP, tanto en los territorios como en los sindicatos, también organizaciones aliadas que son parte de Unidad Social y por supuesto Fundación SOL, que ha sido una tremenda luz de aporte en esta lucha. Este desafío es clave si queremos avanzar, ganar la batalla cultural será el paso clave para lograr el fin de las AFP y abrir camino a un sistema de seguridad social. Nuestra campaña hoy se basa en eso: “el 90% es mío y lo quiero en seguridad social”. El rechazo a las AFP es generalizado[3], eso ha sido gracias al desastre en lo que a pensiones significan las AFP y al trabajo incansable de todas y todos los miembros de la Coordinadora y tantos otros que han impulsado esta lucha. No obstante, comienza una nueva etapa, donde la consigna de NO+AFP por sí sola no es suficiente, debemos dar énfasis cada vez más a un discurso propositivo, en el que destaquemos lo justo y necesario que es un sistema de seguridad social basado en la solidaridad y que además de eso, sea completamente sostenible en el tiempo.
Desde la Coordinadora no solo decimos NO+AFP, también tenemos una propuesta técnica para un sistema basado en los principios universales de la seguridad social que, muy en síntesis, es un sistema de reparto moderno, con financiamiento tripartito, con fondo de reservas técnicas[4] invertido en sintonía con un proyecto económico de país sustentable. Un sistema que no expropia sino que, mediante cuentas nacionales traspasa lo actual a un sistema transparente, con beneficios definidos de manera que se reconoce lo aportado por cada quien, en el marco o tabla que inicia en un piso mínimo garantizado y con techos de tasa de reemplazo conocidas previamente; con perspectiva de género que permita aminorar lagunas e inequidad salarial que padecemos las mujeres y contemplando también, para el caso de las labores de cuidado no remuneradas, entre otras condiciones, una pensión no contributiva del valor del salario mínimo.
Por último, la contingencia nos plantea dos desafíos simultáneos, uno es seguir impulsando el proyecto ley de reforma constitucional que establece un Sistema de Pensiones solidarias, Boletín 13493-13[5], que plantea la derogación del DL3500, decreto ley que impuso por la fuerza en 1981 a las AFP[6]. A esto es lo que la derecha y los grandes empresarios se oponen con todas sus fuerzas, a costa, como ya hemos señalado, de campañas falaces y abiertamente mentirosas. Por otro lado, tenemos que salir al paso para frenar la reforma previsional que propone el gobierno y que cuenta con respaldo de sectores de la ex concertación (respaldo de Juan Pablo Letelier y Carolina Goic) Dicho proyecto, propone aumentar la actual cotización para crean un mini sistema de solidario, pero sin tocar ni un solo peso de todo el sistema abusivo que manejan las AFP, es decir que hace aparecer como cambio, algo que finalmente no modifica nada. Un cambio en el sistema de pensiones es inminente y debemos disputar con todas nuestra fuerza para asegurar que sea en el sentido y la dirección correcta, que no es otra que la seguridad social.
[1]https://coordinadoranomasafp.cl/wp-content/uploads/2019/08/Propuesta_NOAFP_web.pdf (página 21).
[2] https://dds.cepal.org/redesoc/publicacion?id=5158 OIT ESS n° 63 “La reversión de la privatización de las pensiones”.
[3]https://media.elmostrador.cl/2020/07/DATAINFLUYE-29_07_2020.pdf
[4]https://coordinadoranomasafp.cl/wp-content/uploads/2019/08/Propuesta_NOAFP_web.pdf (página 10-14).
[5]https://www.camara.cl/legislacion/ProyectosDeLey/tramitacion.aspx?prmID=14037&prmBOLETIN=13493-13
[6]https://www.bcn.cl/historiadelaley/historia-de-la-ley/vista-expandida/7552/