Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 17 de julio de 2024


Escritorio

“Para los cristianos palestinos cada día es un viernes santo”

Este año las tensiones políticas en torno al estatus de Jerusalén y las pretensiones de Israel de construir asentamientos en la Ciudad Antigua, que fueron rechazados hasta por Estados Unidos, aumentan las restricciones de los cristianos para conmemorar la Semana Santa, la celebración religiosa más importante del año, sobre todo en los territorios sagrados.

Sohad Houssein

  Jueves 1 de abril 2010 18:46 hrs. 
Radio-Uchile

Compartir en

Hace medio siglo que los cristianos católicos y ortodoxos palestinos conmemoran la Semana Santa bajo la ocupación israelí de los territorios que consideran sagrados, especialmente Jerusalén y Belén. Pero además de las restricciones de movimiento a las que están sometidos todos los días en Cisjordania y Gaza, que se endurecen durante las festividades, este año la situación en la “ciudad tres veces santa” es particularmente tensa.

El conflicto sobre el estatus de Jerusalén ha sido uno de los puntos que mayores diferencias ha desatado desde la ocupación israelí de 1967. La cuna de las tres religiones monoteístas de la Humanidad, era hasta ese momento la capital de Palestina. Ahora, los israelíes la consideran su capital “indivisible y eterna” y se niegan a otorgarle el sitial multicultural y patrimonial determinado por Naciones Unidas, mientras que los palestinos reclaman para sí la parte Este de la ciudad como el centro de su futuro Estado.

Y es precisamente el Este de Jerusalén, que concentraba los habitantes árabes, el que se ha tomado los medios de comunicación en las últimas semanas. Además de la literal limpieza de todos los elementos árabes y cristianos que se ha realizado en la ciudad desde la invasión de 1948, este año el gobierno de Netanyahu anunció la construcción de mil seiscientas viviendas para establecer un nuevo barrio de colonización de judíos ultra ortodoxos.

“Construir en Jerusalén es como construir en Tel-Aviv”, le respondió a través de una carta Benjamín Netanyahu a la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, el 22 de marzo. Contestaba así a la solicitud estadounidense de aplicar una moratoria a los asentamientos en la Ciudad Santa, condición que ponen, a su vez, las autoridades palestinas para retomar las negociaciones. Y fue el propio Barack Obama quien, el miércoles, le dio un ultimátum al líder israelí en la Casa Blanca, que vence el próximo martes.

Sin embargo, Israel no desiste de su proceso de apropiación de una ciudad fundamental en la Historia mundial, incluso, existe un proyecto para derribar la emblemática mezquita de Al Aqsa y construir una sinagoga en su lugar.

Violaciones a la libertad de culto

“Cristianos en todo el mundo pueden celebrar Pascua, pero para los palestinos, la ocupación israelí ha hecho de cada día un viernes santo, y aún estamos esperando por nuestra propia resurrección como una nación libre”, declaró el padre Firas Aridah, Jifna, en Palestina.

Las palabras del sacerdote ortodoxo surgen porque, además de las tensiones políticas, durante esta Semana Santa los cristianos palestinos han estado sometidos a una serie de restricciones que atentan contra la libertad de culto y otros derechos humanos.
Si bien la entrada a Jerusalén para los cristianos de Cisjordania y la Franja de Gaza siempre está limitada, para Pascua se deben pedir permisos para acceder a los lugares santos, pases que sólo reciben entre dos mil y tres mil palestinos. Sin embargo, durante la celebración de la Pascua judía, que fue esta misma semana, y otras festividades, los judíos no necesitan pedir permisos y nuevamente es a los árabes a quienes ponen bajo “clausura militar”.

“El sistema de permisos instaurado por Israel es una violación obvia la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros convenios internacionales y tratados de los cuales Israel es signatario”, declararon desde la Autoridad Nacional Palestina.

Una de las tradiciones de Semana Santa más significativas para los cristianos es la procesión de Domingo de Ramos, que se realiza entre Belén y Jerusalén. Sin embargo, este año varios palestinos y activistas internacionales fueron arrestados en la caminata que, además, debía sortear la red de muros, puestos de control, asentamientos y aparatos de seguridad que separan a las dos ciudades sagradas.

Asimismo, los fieles denunciaron que soldados israelíes detuvieron los buses que los transportaban impidiéndoles participar del Domingo de Ramos y a los grupos de scouts les prohibieron alzar la bandera palestina en la procesión.

Pero fue la celebración del Fuego Sagrado de Sábado Santo la que motivó que Iglesia Ortodoxa alzara la voz. La tradición de más de mil años, en la que los cristianos acuden a la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Antigua de Jerusalén, fue prohibida el año pasado y las comunidades religiosas esperan impedir que éste pase lo mismo.

Por eso, interpusieron una acción legal contra las autoridades israelíes para “respetar y permitir el libre acceso de los cristianos a sus iglesias, así como el no usar sus políticas de restricciones de movimiento y acoso contra la feligresía cristiana”, según aclararon las instituciones árabes ortodoxas y organizaciones cristianas de Jerusalén en el periódico Al Quds.

“Insistimos en mantener las antiguas tradiciones, mientras nos negamos a cualquier cambio impuesto por las autoridades israelíes por su control sobre nuestra Ciudad Santa, independiente de la insistencia de la policía de ocupación israelí de ejercer sus ‘arreglos especiales’ y limitaciones a la libertad de movimiento de los creyentes, especialmente en el Sábado de Fuego Santo (Sábado Santo)”, agregaron en el comunicado, al tiempo que llamaron a todos los fieles a asistir a la ceremonia.

En las declaraciones de prensa, los ortodoxos además emplazaron a “los jefes de las iglesias en la Ciudad Santa de Jerusalén a adoptar una posición seria y tomar medidas firmes para asegurar las más mínimas demandas de los palestinos cristianos para tener libertad de culto y preservar nuestros derechos religiosos e históricos de participar de nuestras creencias en nuestras iglesias, manteniendo la presencia árabe cristiana en la Ciudad Antigua”.

A esta situación se suman las denuncias de ataques de colonos israelíes contra sacerdotes cristianos y civiles palestinos en la Ciudad Antigua, donde tampoco pudieron ingresar durante los dos primeros días de la Semana Santa.

Ante estos hechos, la Federación Palestina de Chile condenó “enérgicamente la continuidad de la política de exterminio físico, político y religioso del pueblo palestino por parte de Israel, la potencia ocupante, y advertimos que este es un nuevo intento de hacer fracasar cualquier negociación de paz basado en la política de dos Estados”.

Asimismo, la organización calificó estas acciones como “una flagrante violación de la libertad religiosa” y llamó a las Iglesias a rechazarlas.

“Reafirmamos la soberanía palestina sobre Jerusalén y la nulidad de toda acción que pretenda a la luz de cualquier ideología fundamentalista, en este caso el sionismo, cambiar la esencia árabe y multicultural de la misma”, agregaron por medio de un comunicado, al tiempo que demandaron a la comunidad internacional intervenir para cesar “la política de aceptación pasiva de los crímenes y violaciones del derecho internacional por parte de Israel”.

Mientras, no llega la paz a las ciudades que vieron nacer, morir y resucitar a Cristo, según la tradición cristiana, y ésta será una nueva Semana Santa en la que los fieles palestinos deberán enfrentar restricciones para recordar que fue ahí mismo donde el sufrimiento cobró sentido para ellos.

Síguenos en