A días de la revelación del reportaje que dio cuenta del financiamiento de pesqueras a la campaña para diputado de Sebastián Sichel en 2009, los cuestionamientos hacia la incestuosa relación entre los grandes grupos económicos y la política vuelve a estar en la palestra.
Esto, luego que documentos reportaran aportes por casi $30 millones de pesos, de los cuales $19 millones fueron a través de boletas de honorarios por supuestos servicios realizados, hecho en el que se vio involucrado el excoordinador de campaña del abanderado de Chile Podemos Más, Cristóbal Acevedo, quien renunció a su cargo tras destaparse el caso.
En medio de la polémica, Sebastián Sichel negó su participación y culpó a la Democracia Cristiana del financiamiento de su campaña y gastos electorales y, en un punto de prensa, insistió en una operación política articulada para bajarlo de la carrera presidencial. Esto fue tajantemente descartado por el extimonel de la colectividad de la época, Juan Carlos Latorre.
Sin embargo, el nexo de la Democracia Cristiana con las grandes pesqueras data de hace varios años y en el que, incluso, militantes históricos resultaron salpicados en casos emblemáticos del financiamiento ilegal de la política, tales como Soquimich y Corpesca.
Este último punto fue abordado por la periodista y autora del libro “El Saqueo al Mar”, Nancy Guzmán, quien en entrevista con Diario y Radio Universidad de Chile detalló que esta relación es histórica y que proviene desde el expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle con la familia Angelini, dueña de Corpesca.
También señaló que “uno de financistas históricos de la DC es la familia Del Río Goudie, parte de las nueve familias que son dueños del mar. Por lo tanto, la Democracia Cristiana tiene ahí un enclave de relación de dinero con el sector principalmente pesquero”.
En cuanto a las declaraciones del candidato oficialista sobre la responsabilidad que le cabe a la falange en los hechos, Guzmán expresó que “hay dos verdades. Una es que es cierto que Sichel pidió dinero a las pesqueras, pero que no lo hizo en tanto Sichel, sino que lo hizo en tanto la Democracia Cristiana, porque esas eran las formas en las cuales se recaudaba dinero para un fondo común”.
“De hecho, el señor (Juan José) Santa Cruz, que también era democratacristiano, estuvo metido en la tesorería de la DC, o sea, en el conocimiento de los fondos, de donde provenían y adónde iban los recursos que se recaudaban”, afirmó.
Esto, a propósito de los dichos del coordinador político del abanderado, quien aseveró que “ninguna empresa se acercaba a la Democracia Cristiana a donar plata, era la Democracia Cristiana la que iba a ver a las empresas para pedirle plata. Yo le exigiría al señor Latorre, que ha sido tan categórico que transparentara cuáles empresas y a quiénes le donaron. Lo sabe él perfectamente y lo sé yo”.
De hecho, la periodista mencionó un particular episodio que presenció en el Centro de Estudios del Desarrollo aproximadamente en 2008, que involucra al extimonel y a su entonces esposa, Ximena Rincón.
“Latorre había sido uno de los principales recaudadores de fondos con las empresas. Yo lo sé porque lo vi. Ellos tenían en el CED, con la ahora presidenta del Senado, la señora Rincón, unos desayunos con el alto empresariado nacional y ministros de la Democracia Cristiana, donde después de las reuniones, que eran de discusión política, de la actualidad, Latorre con su señora hacían un lobby personal con los grandes empresarios”, detalló.
Guzmán aseguró que “la relación dinero-política es un vicio que viene desde el comienzo de la transición. Se cruzaron perversamente hasta llegar al caso Soquimich, cuando sale públicamente y sale el escándalo de los dineros de la segunda elección de la Presidenta Bachelet, pero eso venía de larga data” y agregó que “el señor Sichel no era inocente, como tampoco el resto era inocente. Entonces ahí cuando se sacan los trapitos al sol y se destapa la olla a mí me parece que es sano para la sociedad que se conozca esto y que no pase nunca más”.
En ese sentido, recordó que “por lo menos hasta el año 70’ y después las campañas las hacían los militantes, no las empresas. Yo creo que cuando viene la campaña del Sí y el No se destapa el asunto del dinero, porque ahí surgen grandes intereses de empresas publicitarias, que ganan mucho dinero en hacer las campañas. Se necesitaba ganar y, por lo tanto, se necesitaba dinero. Nadie hizo las campañas gratis y ahí fue el primer aviso que no se vio porque nadie investigó de donde vino y cómo fue repartido el dinero. Ya no venía de los militantes, no venía del aporte de los sindicatos, no venía del aporte del ciudadano, sino que el dinero venía de aportes que nadie sabía, aunque todos sabíamos que venía de la gran empresa”.
En tanto, consultada sobre la posibilidad de evitar nuevos financiamientos irregulares de la política, a partir de la modificación a la legislación en 2016 que regula el financiamiento y el desarrollo de las campañas electorales, la profesional manifestó sus dudas respecto a su eficacia y dijo que “sigue siendo un tema, porque la ley permite que particulares entreguen dineros y resulta que las empresas no son entelequias. Están compuestas de particulares. Por lo tanto, el señor Angelini como señor Angelini pueden dar plata. Los Solari como Solari pueden dar plata”.
“Esas fórmulas que se crean para dar aparentemente transparencia a algo que ya viene viciado, o sea, lo que hay que hacer ahí, yo supongo, es cambiar completamente la ley de elecciones, que el Estado sea el ente que financie las campañas y que no haya privados”.
Mientras respecto al rol de la Convención Constitucional en el actual escenario político y social que atraviesa el país, la periodista Nancy Guzmán expresó que la instancia “es la gran esperanza porque vivimos momentos difíciles”.
En esa línea, dijo que “tenemos una sociedad que está muy enrabiada con un sistema que al cabo de más de 30 años no ha dado lo que ha prometido, aunque mucha gente dice sí hubo avances, es cierto, pero las promesas fueron incumplidas. Si pensamos que los tribunales están sin hacer una total justicia respecto a los hechos ocurridos hace medio siglo, es que estamos en problemas”, y por ello apuntó “que la gran balsa de salvación que nos queda es la nueva Constitución”.