Una gran cantidad de camiones y buses transitan por la ruta G-21, que comienza en Avenida Las Condes, en la comuna de Lo Barnechea, y se extiende por 31,4 kilómetros en subida por la Cordillera de Los Andes. En las montañas, acceso a Farellones, los vecinos viven con temor a estos vehículos de gran envergadura que ya han provocado accidentes fatales en una ruta que fue pensada para el turismo y no para el transporte de cargas pesadas.
Por la G-21 se pueden observar flora y fauna silvestre, el Santuario Natural de Yerba Loca, varios glaciares y también el acceso a un enorme yacimiento minero llamado Los Bronces, donde se dirigen los camiones. Según habitantes del sector, la mina amenaza con destruir parte importante de ese ecosistema y que pone en peligro tanto la salud de los habitantes de la zona como la seguridad hídrica de la región Metropolitana. Pese a esto, Anglo American, la empresa extractiva, pretende seguir expandiéndose con el proyecto Los Bronces Integrados.
Los Bronces es una mina de cobre a rajo abierto, ubicada a 65 kilómetros de Santiago y 3 mil 500 metros de altura. Fue descubierta en 1867 y comenzó a ser explotada ese mismo año, y desde 1916 a 1973, cuando fue adquirida por Salvador Allende durante la Unidad Popular, pasó por varias manos. En dictadura fue privatizada al ser traspasada a un precio muy bajo a la Exxon, quien en 2002 se la vendió, con altas ganancias, a la compañía británica Anglo American, una de las mayores productoras mundiales de metales. Una transacción que no estuvo fuera de la polémica, dado que Codelco también ofertó y había ganado la primera licitación.
Fue en abril de 2019 cuando el Ministerio de Obras Públicas concesionó el proyecto “Concesión vial mejoramiento ruta G-21” a la Sociedad Concesionaria Ruta G21 para ensanchar y rectificar el trazado y sus curvas. La iniciativa contemplaría una inversión de US$84 millones, y que adicionalmente, considera la rehabilitación y mejoramiento de 1,1 kilómetros de la ruta G-245, que corresponde al sector de la ruta G-21 que lleva hasta el acceso de la mina Los Bronces.
Según la concesionaria, y como lo consigna su sitio web, el propósito del ensanchamiento es “conectar la ciudad de Santiago con el Santuario Natural de Yerba Loca, la comunidad de Farellones y otras localidades en torno a la Ruta, los centros invernales El Colorado, La Parva y Valle Nevado, aumentando y mejorando el estándar de seguridad”. Sin embargo, para los vecinos este proyecto no cuenta con la premisa básica de Rentabilidad Social, y sospechan que este proyecto no va en beneficio de ellos, sino de Anglo American, empresa con la que ya se han visto enfrentados.
Esto en base a la información que maneja la junta de vecinos Las Varas y Corporación Camino a Farellones, quienes sostienen “que el mayor inversor externo es Anglo American, que aporta un monto cercano a los 16 millones de dólares. Otro aportante es el municipio de Lo Barnechea con terrenos a desafectar de la reserva protegida Yerba loca, y el Ministerio de Obras Públicas (MOP), que pagará millones en expropiaciones para beneficio de empresas privadas; léase centros de esquí, inmobiliarias de esos centros y la minera Anglo American”.
Hoy, esos proyectos tienen nuevamente a habitantes del sector en pugna con la empresa extractiva. Claudio Rojas, Licenciado en Historia, Bachiller en Filosofía, residente del sector y miembro de la junta de vecinos, dice “llevamos doce años con esta historia, desde el año 2012, cuando murió Eduardo Frazier en un accidente con un camión de la minera”.
Intereses encontrados
El inicio del conflicto entre Anglo American y vecinos de la ruta G-21 fue el accidente ocurrido cerca de las ocho de la mañana el lunes 4 de junio del año 2012, cuando en el kilómetro 5 de la ruta, un camión que transportaba cal viva para Los Bronces chocó contra el vehículo de Eduardo Frazier, vecino del sector, causándole la muerte. Este y otros volcamientos con ácido sulfúrico, petróleo o nitrato de amonio, generaron que los habitantes de la ruta se sintieran en una constante amenaza e inseguridad.
Pero los accidentes con cargas peligrosas no son el único problema para los vecinos de la zona, Rojas señala que hoy “Anglo American está tratando de mejorar los accesos a la mina durante los primeros 16 kilómetros, con el fin de que 480 vehículos, entre camiones de alto viraje y autos de sus trabajadores, puedan subir diariamente al yacimiento”, tanto para la actividad extractiva como para comenzar la construcción del Proyecto Los Bronces Integrado.
Los Bronces Integrado consiste en la expansión del yacimiento minero y -según el portal de Anglo American- pretende “sostener los niveles de producción en el tiempo y mantener la vida útil de la mina hasta el año 2036”. En esa línea, la compañía minera señala que el proyecto priorizaría “los criterios socio-ambientales por sobre los técnico-económicos”.
Lo cierto es que, para la comunidad, la expansión de la ruta no solo tendría como beneficiaria a la mina, sino también a los centros de esquí. Rojas asegura que “desde el kilómetro 16 hacia los centros de esquí, se van a considerar 3 pistas asfaltadas que van a cambiar el actual diseño del acceso a los centros. Ese diseño va a considerar miradores y en el acceso, antes de llegar a Farellones, va a tener el cobro de TAG incorporado exclusivamente para los centros de esquí. Y en la G245, camino a la mina habrá, otro TAG que será financiado por la minera”.
Los habitantes señalan que los centros de esquí podrían estar engendrando un futuro problema, debido al plan de un proyecto inmobiliario que fue impulsado por el exalcalde de la comuna de Lo Barnechea entre 2008 y 2019 y ex intendente de la región Metropolitana, Felipe Guevara. El plan propone la construcción de 6 mil viviendas, junto a un centro comercial, paseos, restaurantes y centro de esquí. Desarrollo inmobiliario que, según los vecinos, no cuenta con agua potable “y si lo hiciera disminuiría el agua de Santiago”. Una situación que despierta dudas en los vecinos respecto al lazo entre las empresas y las anteriores administraciones del municipio.
Si bien la comunidad de la ruta G-21 señala que la actual administración del alcalde Cristóbal Lira apoya su posición respecto a la ampliación del camino, recuerdan la información revelada por el medio Ciper, que detalla las donaciones de parte de Anglo American por $2.960 millones, además de otro monto en vehículos entre 2010 y 2016, mientras Guevara se desempeñó como edil. Sin embargo, el municipio aseguró que dejó definitivamente de recibir dineros de parte de la minera en agosto de 2020.
Doble Espacio intentó contactarse con Cristóbal Lira, alcalde de Lo Barnechea, para obtener la versión del municipio, pero la entrevista no pudo concretarse por incompatibilidad de agendas.
Proceso de Expropiación
Otra demanda de los vecinos se vincula al proceso expropiatorio total o parcial, que está llevando a cabo el Ministerio de Obras Públicas (MOP) a través de la Dirección General de Concesiones, a 274 lotes de vecinos para la ampliación de la ruta, y que según Claudio Rojas, “consideraría áreas mucho más amplias de las que requerirá el ensanchamiento y que no se justifica si aún no se ha aprobado el Estudio de Impacto Ambiental”.
Según el abogado experto en expropiaciones y fundador del sitio web expropiados.cl, Felipe Molina, “hay una menor parte en la que la expropiación ya fue notificada legalmente y ya se encuentra en la etapa judicial. Esto significa que las indemnizaciones de estas personas fueron depositadas”, pero la mayor parte de las expropiaciones no estarían notificadas aún mediante su publicación en el Diario Oficial.
Pese a lo anterior, los residentes –que se han organizado y estarían dentro del proceso expropiatorio– han manifestado que los precios que estaría pagando el Ministerio de Obras Públicas por los terrenos expropiados estarían siendo en base a las últimas ventas concretadas en la zona, por lo que los precios serían bajos; y que los peritos tasadores no estarían comunicándose con ellos, sino que solo estarían tomando fotos de los terrenos y determinando a partir del área a expropiar los valores a pagar, y que difieren según lo que sea afectado en cada propiedad.
Según Max Ropert, hermano de la administradora de la Casona Cañaveral ubicada en la ruta G21, muchos de los vecinos han señalado que no fueron contactados por el MOP, a diferencia de lo que señala el Ministerio. Además, asegura que la intervención y los valores contemplados son muy perjudiciales para varios de los vecinos, puesto que cada lote es tasado en forma independiente.
“El ensanchamiento del camino afecta directamente a los terrenos que colindan con el Camino a Farellones, porque significa rellenar con talud un muro vertical desde el camino hacia el río Mapocho. Para esto el MOP pretende expropiar los terrenos a precios por debajo de la tasación fiscal, y construir taludes que afectarán las construcciones de casas, los accesos de las propiedades, sin asumir la reconstrucción, dejándole la responsabilidad a cada vecino”, asegura Ropert.
Pero los vecinos consideran que son solo una parte de los involucrados, en un problema mucho mayor, ya que expertos han señalado que el proyecto Los Bronces Integrado, que sería el principal beneficiario del mejoramiento de la ruta en su opinión, estaría poniendo en peligro la seguridad hídrica en la Región Metropolitana al estar cerca de una variedad de glaciares, cuerpos de hielo que abastecen de agua a todas las comunas de Santiago.
El agua de la Región Metropolitana
El año 2020 el medio Interferencia dio a conocer que la Corte Suprema habría obligado al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) a revisar la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) por incumplimientos socio-ambientales como: la afectación de los sistemas de vida de la población cercana; la minimización de las emisiones de polvo y ruido; la disminución de la congestión vehicular y de los accidentes en la ruta.
Un año después el Diario de la Universidad de Chile informó que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) volvió a emitir conclusiones respecto al proyecto en un Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones o Ampliaciones (ICSARA), y señaló que este sería “perjudicial con la promoción del uso sustentable y estratégico del agua en la región y con la promoción de un uso responsable y seguro del territorio en relación con riesgos potenciales por amenazas naturales y antrópicas”.
“Los glaciares que tenemos arriba son la parte más importante de la zona central de Chile. Estamos en zona de glaciares, dentro de los cuales se insertan, por una parte, los centros de esquí, y por otra la minera”, dice Claudio Rojas, quien se refiere a los glaciares ubicados en la cuenca del Río Mapocho y que, según el Doctor en Geografía, experto en glaciares y profesor titular de la Universidad de Chile, Francisco Ferrando, serían el glaciar Iver, los glaciares de La Paloma y Olivares, además de una gran cantidad de glaciares rocosos. Estos serían los cuerpos de hielo que alimentarían al río Mapocho que, junto al río Maipo, abastecen de agua a la región Metropolitana.
Ferrando explica que estos glaciares “son lo que nos dejó la última glaciación cuaternaria, es decir, tienen entre 80 mil y 14 mil años, y han logrado subsistir hasta hoy en día, bajo todas las condiciones climáticas que han imperado estos últimos diez mil años”.
El glaciólogo menciona que Los Bronces se ubica “justamente detrás de la cumbre del cerro La Paloma y el cerro Altar, por lo tanto, están muy cerca, a un lado de la vertiente y el glaciar La Paloma, y el glaciar antiguo que queda del cerro Altar”. Esta cercanía con la mina sería un peligro ya que, según el especialista, tanto el material particulado, que se levanta de los trabajos como las tronaduras, los residuos de combustión sólida, black carbon (carbono negro) y las fuentes de emisión de calor, como la maquinaria utilizada en la faena y los artefactos empleados por el campamento Pérez Caldera, que alberga a cerca de mil 700 trabajadores de la mina, como cocinas, calefacción, calefont, etc., afectan estos cuerpos de hielo.
El efecto que tienen estas actividades crearía, según Francisco, una masa de aire caliente que, con la velocidad de entre 80 a 100 kilómetros de los vientos que existen en la cordillera, se trasladaría a los glaciares acelerando su derretimiento.
Las microsismisidades generadas por la maquinaria minera también serían un problema. “Los micro temblores que se producen por las mismas tronaduras, o por la circulación de maquinarias de muy alto tonelaje, generan microvibraciones. Esas microvibraciones se transmiten a distancia, a través de las rocas y sacude las bases de los glaciares, y eso significa que los glaciares pueden empezar a acelerar sus movimientos. Eso significa que descienden, acotan, bajan, donde la temperatura media es más alta y -por lo tanto- eso también acelera su fusión”, explica el experto.
En tanto, la Fundación Glaciares Chilenos señala que el proyecto Los Bronces Integrado incluiría un nuevo sistema de chimeneas ventilación ubicadas a 2,1 kilómetros de la cara norte del cerro La Paloma. “De expandirse subterráneamente, serían ventiladas por ahí las emisiones de camiones diesel de 20 toneladas mientras trabajan en el lugar, día y noche, por a lo menos 14 años, para así remover 166 millones de toneladas de material crudo desde debajo del santuario de la naturaleza Yerba Loca”, informan.
Según Francisco Ferrando, otro problema es un túnel Los Sulfatos que se habría realizado sin ningún permiso como parte de Los Bronce Integrados. Este camino pasa por debajo de un sector de glaciares rocosos, los dos más importantes del estero Yerba Loca.
“Todo el movimiento que se va a registrar por ahí, no solo de ese túnel único, sino que de cinco túneles más que se han planteado construir para explotar la mina, va a generar vibraciones, microsismicidad dentro de la montaña y, por supuesto, va a afectar al glaciar La Paloma”, asegura Ferrando.
Pese al interés por preservar los glaciares de parte de las comunidades de la ruta y expertos, Francisco Ferrando advierte que se han destruido glaciares por parte de la minera. “El que más se ha mencionado puede ser el glaciar Infiernillo, del cual queda una pequeña parte, porque el resto lo excavaron todo y además porque están depositando materiales estériles (lo que queda de las tronaduras, y que no es metálico) donde hay glaciares rocosos, y -por lo tanto- están alterando la estabilidad estructural de esos cuerpos de hielo y sedimento, y eso también afecta su permanencia, y -por lo tanto- su aporte hídrico, porque también son cuerpos de aporte hídrico”.
Por otra parte, vecinos advierten que actualmente hay una intervención, posiblemente de la minería, en la Laguna Turquesa o Castro, presente en el Santuario Natural de Yerba Loca, y señalan que “montañistas que fueron a la zona, y que tienen acceso a Yerba Loca, se dieron cuenta que hay montones de bombas sacando agua de la laguna”.
Claudio Rojas señala, que en el caso de la mina Los Bronces, esta posee derechos de aguas de 1.360 litros por segundo, otorgados por las llamadas “las aguas del minero”, existente en la legislación chilena. Sin embargo, los habitantes manifiestan que no estarían seguros de que ese sea el caudal real que ocupa la minera. Una situación que les preocupa aún más cuando el país entero es azotado por una crisis hídrica y distintas autoridades han puesto sobre la mesa la posibilidad de un racionamiento de agua a distintas comunas de la región Metropolitana.
Impacto ambiental
A pesar de que, según lo consignado en la página web de Anglo American, la empresa tiene como pilar fundamental el medio ambiente, su proyecto Los Bronces Integrado y el ensanchamiento de la ruta G-21 podría afectar la flora y fauna de camino a Farellones.
Rojas asegura que además de la contaminación de las aguas y el aire, la nueva ruta destruirá parte del bosque esclerófilo, lo cual también afectará a la fauna que habita en la montaña. Sumado a esto, se instalaría una central de paneles fotovoltaicos que está recién entrando a Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
“Es un greenwashing de Anglo American para justificar que ellos utilizan energías limpias ¿por qué? Porque la ganancial que tú tienes de una planta de paneles fotovoltaicos que tienes en el desierto de Atacama es, por ponerle un número, cien, y acá arriba (Farellones) es 10. Entonces, es simplemente para decir ‘utilizamos energías limpias’”, afirma Rojas.
El Licenciado en Historia teme por las especies que viven en la alta cordillera, que asegura, serán espantadas por las faenas de la mina. “Ellos van a pasar con maquinaria en cualquier parte donde necesiten acceso. Lo mismo pasa con la licitación de la ruta. Nosotros hicimos las acusaciones pertinentes en contra de esto; hay una afectación importante”, señala Rojas.
Es por esto que organizaciones como el Comité Nacional Pro Defensa de la Flora y Fauna y la Red Ecológica de Chile apoyaron la carta del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, la cual reprochaba el actuar del SEA, quien, según denunciaron sus propios funcionarios a inicios de año, había aprobado el proyecto cuando correspondía rechazarlo.
Una aprobación que fue revertida este viernes 22, tras las críticas de la sociedad civil y el inicio una nueva etapa de participación ciudadana para la evaluación del Estudio de Impacto Ambiental. y que el pasado viernes, en la que el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) recomendó rechazar el proyecto minero de Los Bronces integrado porque “el titular del proyecto no aportó información suficiente que permitiera descartar la generación de riesgo para la salud de la población”.
Además, el proyecto no contendría las medidas necesarias para compensar, mitigar o reparar los impactos que va a producir en las personas y los ecosistemas. Una resolución que puede volver a ser revisado por el SEA y luego por el Comité de Ministros, pero que en todo caso, no afecta el ensanchamiento de la ruta G21 que está en plena implementación y que sigue siendo cuestionado por los vecinos.