No era novedad. Aunque el movimiento se bautizó como “amarillos” en alusión a quienes son indefinidos políticamente, no habían emitido en estos meses ningún comentario favorable sobre el trabajo de la Convención y el borrador de texto constitucional. Así, durante la jornada de hoy, partidarios y representantes del movimiento Amarillos por Chile se reunieron para declarar que rechazarán la propuesta de nueva Constitución en el plebiscito de salida que se votará el próximo 4 de septiembre.
El colectivo encabezado por Cristián Warnken e integrado, entre otros, por militantes de la ex Concertación como Jorge Burgos, Carolina Goic y Fulvio Rossi, indicó que “rechazaremos juntos para levantarnos y empezar de nuevo. Vamos por una nueva y buena Constitución. Unámonos para decir todos juntos, sin miedo, sin odio: ésta no”.
Hace dos semanas, el movimiento compartió un informe en el que abordaron el borrador de la nueva Constitución. En el reporte, elaborado por especialistas adherentes al grupo, cuestionaron el sistema político acordado por la Convención Constitucional.
“La estructura del sistema de Gobierno que se propone tiene una falencia fundamental: el presidencialismo con bicameralismo asimétrico (compuesto por el Congreso de Diputadas y Diputados y la Cámara de las Regiones) no existe en la experiencia comparada”, señaló el informe de Amarillos.
Hace un mes, el Gobierno ya había sido alertado por el colectivo para que “se hagan todos los ajustes posibles para que la Constitución que sea presentada en el plebiscito de salida genere el mayor consenso posible”.
Hoy, aseguran que los cambios solicitados no se realizaron, por ende la decisión de votar Rechazo será la postura oficial del grupo que lleva 53.822 adherentes, según su sitio web.
“Votamos con esperanza en el apruebo y esperábamos que la Convención Constitucional propusiera al país una constitución que recogiera las demandas (…) una constitución que nos uniera y que sea profundamente democrática, pero hemos leído con mucha atención el texto constitucional, hemos estado atentos a las correcciones y no encontramos transformaciones de fondo. La estructura básica del borrador nos parece ajena a la realidad”, finalizó Warnken.