En conversación en el programa Semáforo, el cantautor y compositor chileno Nano Stern se refirió al contexto en que se produjo su último disco Aún creo en la belleza, el cual, según el músico, estaba contemplado para que saliera a finales de 2019, pero el estallido social y la pandemia cambiaron los planes.
A pesar de que originalmente el álbum estaba planeado para que saliera a la luz un par de años atrás, las eventualidades le permitieron a Nano Stern volver al oficio de la grabación, leer, tocar instrumentos, retomar la artesanía de la canción y de la palabra, lo cual resultó en la pieza discográfica que hoy se puede disfrutar, y que según el instrumentista “poco tenía que ver con el original”.
“Más de la mitad de de las canciones que iban a ir en el disco no figuran y fueron reemplazadas por otras que nacieron en el camino”, señaló.
El artista expuso que el largo proceso fue para bien y que le ayudó a generar un disco que viene “desde la raíz”. “No soy necesariamente un enamorado del folclor de aquí, de allá o de la quebrada del ají… a mí me interesa la música de transmisión oral, la música de raíz en general de cualquier lugar. Creo que allí reside un tesoro natural de la humanidad, un patrimonio gigantesco al cual no tenemos acceso cuando solamente nos nutrimos de los medios más masivos”, expuso el músico.
Asimismo, el músico manifestó que una de las experiencias que aportó en la construcción del álbum fue un curso que dictó sobre las músicas del mundo, el cual le ayudó a nutrir el proceso creativo del disco.
Consultado por la periodista Antonella Estévez acerca de lo que produce en él aquel ejercicio de dejar a disposición de las audiencias las canciones, el cantautor manifestó que, precisamente, el intercambio de energía que se produce cuando está en el escenario o en el momento en que comparte la música, es cuando todo el esfuerzo involucrado de producción discográfica cobra sentido.
“Nos llena de cariño, nos llena de fuerza para seguir adelante”, opinó el compositor y añadió que, también, el volver a los escenarios después del fin de las cuarentenas ha sido agridulce para él, así como también para gran parte de los artistas, debido a los “coletazos” de la pandemia.
“La gente cayó en una especie de letargo de acostumbrarse a que se cambiaron los hábitos culturales. El Netflix, la series, la camita y la casa se instauró como una cuestión que hace más difícil de lo que ya era que la gente diga: ‘voy a salir’”, comentó Stern.
Por otro lado, respecto a su participación en la campaña de “Artistas y Mundo de la Cultura dice Sí a la Nueva Constitución”, Stern fue consultado sobre cómo dialoga una de las canciones del álbum llamada Inventemos un país con el proceso constituyente.
Stern consideró el proceso como “un paso gigantesco en favor de poder sacudir los traumas de nuestra historia”. El artista, impregnado de sus recientes lecturas y sus reflexiones entorno a la poesía histórica, se cuestionó en distintas conversaciones con personas cercanas y no tan cercanas acerca de qué es lo quedaría del proceso que ha vivido Chile desde las protestas sociales de 2019.
“Lo que va a quedar van a ser las canciones, estos grandes relatos que contienen mitología y en esa mitología está contenido mucha información. Por eso, cuando la canción dice ‘llevemos de equipaje solamente una canción que nos vaya dando el rumbo de nuestra navegación’, suena muy a metáfora hippie pero no lo es en lo absoluto, es una cuestión concreta”, destacó.
El músico explicó que aquella frase surge desde las observaciones que tuvo a partir del curso que dictó durante la pandemia. Stern detalló que en Australia y en algunos lugares del pacífico como las Islas Salomón “las canciones son mapas, las canciones hablan de historias mitológicas que contienen información geográfica y siguiendo el orden de las canciones uno puede llegar de un punto A, a un punto B, cada canción te permite llegar de un lugar a otro”.
En relación al proceso constituyente específicamente, el artista consideró que los 154 constituyentes hayan sido capaces de llegar a acuerdos y desacuerdos propias de la construcción de la democracia. “Es fruto de nuestra historia, es resultado de lo que hemos sido para bien y para mal”.
“Creo que es evidente que ha sido un proceso con muchísimos altos y bajos, con muchas complejidades, propias de generar una instancia democrática que se parezca al Chile de verdad y no solamente al Chile de la elite política”, enfatizó y añadió que este proceso histórico es una oportunidad para seguir “echar pa’ delante”.