Samuel Fernández, experto en derecho internacional sobre el TPP11: “Es un contrasentido retrasar la ratificación”

Hace tres años que se discute este acuerdo comercial y aún no hay humo blanco. Lo que sí está claro es que se ha dilatado la ratificación de este bloque internacional y habrá que esperar, ahora, hasta el 11 de octubre.

Hace tres años que se discute este acuerdo comercial y aún no hay humo blanco. Lo que sí está claro es que se ha dilatado la ratificación de este bloque internacional y habrá que esperar, ahora, hasta el 11 de octubre.

En 2019, la Cámara de Diputados aprobó el Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico, TPP-11 que plantea un mercado de 498 millones de personas, esto es, el 13,3% de la economía mundial.

Entre algunos de los objetivos de este bloque internacional está, por ejemplo, la promoción de la integración económica, establecer marcos legales predecibles para el comercio, facilitar el comercio regional e incentivar el crecimiento sostenible. Se proyecta que genere condiciones para una mayor participación de las pequeñas y medianas empresas chilenas en las cadenas globales de valor; incremente los flujos de inversión; y favorezca la diversificación de nuestra matriz productiva y exportadora.

El 17 de abril de 2019, la Cámara de Diputados aprobó el acuerdo Transpacífico y pasó a discusión a la Comisión de Constitución del Senado, donde el 17 de septiembre de ese mismo 2019, la instancia lo aprobó. Sin embargo, desde entonces, se ha dilatado su ratificación en la Cámara Alta y el próximo 11 de octubre se votará y se sabrá si hay humo blanco o no.

Lo que se ha visto, en las últimas semanas, es que han ido en aumento las posturas de parlamentarios a favor o en contra del TPP11. Mientras, el Gobierno si bien sostuvo que no es una urgencia para la administración del presidente Gabriel Boric la ratificación del tratado, sí impulsará las denominadas side letters con los países integrantes del bloque.

Sin embargo, para el experto en derecho internacional y ex embajador Samuel Fernández, esa postura resulta contradictoria con la política que en materia internacional ha tenido la actual administración.

En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, el también académico de la Universidad Central, sostuvo que “debiera ser una política permanente la que ha tenido el país por más de treinta años de una apertura en el plano de intercambio comercial y del libre comercio que se ha materializado en una serie de acuerdos de última generación bilaterales en el derecho de la integración y tenemos también la política de integración al mundo con las prioridades que puedan los gobiernos poner, ya sea, en la región o en otras regiones, pero que se compatibilizan entre sí, porque, definitivamente, el mercado no lo maneja un solo país, sino que se manejan por distintos grupos de países y de distintas regiones”.

Para el especialista, el TPP11 es el resultado de once países -eran originalmente 12, pero Estados Unidos se restó- “y está la posibilidad de que esto se amplíe al marco de todos estos países, ya no sólo de la manera individual en acuerdo de libre comercio o en acuerdos complementarios o parciales en términos bilaterales”.

Samuel Fernández, quien fue embajador en Egipto, Observador ante la Liga de Estados Árabes y embajador cónsul general en Miami, plantea que “nos hemos ido quedando más atrás, porque Chile todavía no es parte del acuerdo y, naturalmente, estamos al debe, porque es difícil entender que un país súbitamente cambie su política que ha tenido por tantos años resguardada y que ha representado beneficios no sólo con la incorporación de factores productivos, circulación de bienes y servicios”.

Añade que “llama la atención el escenario actual, ya que no se sabe si obedece a una política mayor o sólo es una parte de la política. Esto, porque la política mayor no presenta cambios y se mantiene la vigencia de todos los acuerdos bilaterales que son veinticuatro con más de sesenta países”.

Fernández considera que “es difícil entender por qué no se quiere avanzar un paso más, cuando todos los demás países van a avanzar, lo van a hacer entre ellos y, en definitiva, va a ser Chile el que se va a auto-excluir. Esto cuesta entenderlo, a menos que se quieran resguardar algunos aspectos, como por ejemplo, el tema de la resolución de controversias, pero resulta que tenemos en forma paralela las normas de la OMS, tenemos las normas que cada uno de los acuerdos que están vigentes tiene, junto a todos los demás compromisos que han estado funcionando”.

El académico de la UCEN indica que “hay todo un manto de inseguridad, de decir ‘bueno que Chile decida y lo haga pronto si va a formar parte de este nuevo acuerdo del TPP11 o no’, o va a tener una participación restringida en la medida que los demás socios también lo acepten. La inseguridad va a retardar las acciones comerciales, retardar el que tengamos ese libre comercio con una zona ampliada, gigantesca, donde los países están haciendo fila para entrar y nosotros estamos demorando esa entrada. Es un contrasentido en cuanto a la política que se ha mantenido permanentemente”.





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