U. de Chile investiga nueva estrategia terapéutica para la artritis

La Artritis Reumatoidea (AR) es una enfermedad autoinmune que afecta a cerca del 1% de la población mundial causando dolor, inflamación, rigidez y pérdida de función en las articulaciones y aún no tiene cura. El doctor Juan Carlos Aguillón de la U. de Chile investiga una nueva estrategia terapéutica contra la enfermedad.

La Artritis Reumatoidea (AR) es una enfermedad autoinmune que afecta a cerca del 1% de la población mundial causando dolor, inflamación, rigidez y pérdida de función en las articulaciones y aún no tiene cura. El doctor Juan Carlos Aguillón de la U. de Chile investiga una nueva estrategia terapéutica contra la enfermedad.

Haciendo que las células dendríticas inhiban la respuesta inflamatoria, eventualmente, se podría no sólo controlar los síntomas, sino curar esta enfermedad autoinmune que puede dejar postrado al paciente.

La Artritis Reumatoidea (AR) es una enfermedad autoinmune que afecta a cerca del 1% de la población mundial causando dolor, inflamación, rigidez y pérdida de función en las articulaciones. Suele presentarse en la adultez siendo tres veces más frecuente en mujeres que en varones.

Esta patología, incluida en el AUGE, aún no tiene cura. De hecho, los tratamientos más accesibles que están contemplados en las Garantías Explícitas de Salud impulsadas por el Minsal, se basan en corticoides e inmunosupresores que, lamentablemente, no siempre son efectivos en el largo plazo.

En los últimos años se han desarrollado terapias biológicas, basadas en anticuerpos terapéuticos, que mejoran la calidad de vida de los pacientes pero que son muy costosas y deben suministrarse de por vida: se calcula que tienen un valor anual cercano a los 6 millones de pesos, monto que sólo algunos y en forma privada pueden afrontar.

Estos antecedentes impulsaron a un grupo de científicos y médicos de la U. de Chile a trabajar en la búsqueda de un nuevo tratamiento centrado esta vez en la inhibición de las células dendríticas, una de las armas con que cuenta el organismo para hacer frente a las agresiones externas y que en condiciones anormales instruyen a los linfocitos para que desconozcan los tejidos propios, como es el caso de la AR.

Los investigadores, liderados por el doctor Juan Carlos Aguillón, Profesor Titular de la Facultad de Medicina de la U. de Chile y académico del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM), en colaboración con el académico y profesor asistente, Dr. Diego Catalán, estudiaron en un modelo animal las capacidades de las células dendríticas. “Su función es inducir inmunidad, esto significa que protegen al organismo contra los agresores. Para ello están ubicadas como una gran red en la piel y las mucosas, así cada vez que ingresa un agente extraño estas células lo captan, endocitan y montan una respuesta destinada a destruirlo”, explica.

Cuando el sistema inmune es aberrante el blanco de estas acciones protectoras está equivocado, dándose inicio a un ataque contra estructuras propias, en este caso, los componentes de las articulaciones. “Lo interesante es que las células dendríticas no sólo activan la inmunidad, sino también pueden inhibirla, doble función que variará según el estímulo recibido”, resalta el doctor Aguillón.

Resultado prometedor

Gracias al financiamiento de un proyecto Fondecyt el doctor Aguillón ya demostró en modelo animal que se podía frenar la respuesta inflamatoria. “A los ratones enfermos con AR se les inocularon sus propias células dendríticas que habían sido sometidas a un procedimiento que consistió en colocarles el colágeno como antígeno, es decir, como molécula blanco de la respuesta inmune aunque, en este caso, con la orden de que no se activaran, haciendo que los ratones tuvieran tolerancia al antígeno”.

El resultado fue claro y prometedor: los animales mejoraron sus síntomas y la inflamación se redujo en forma sustantiva. “Según analizamos, esta es una terapia dependiente del antígeno, por lo tanto, eventualmente podría usarse para cualquier molécula responsable de alguna enfermedad, incluida la diabetes mellitus, alergias, esclerosis múltiple o el rechazo a trasplantes”, aclara el académico.

Con estos resultados el doctor Aguillón postuló a otro Fondecyt Regular que se iniciará este año y que se prolongará hasta el 2014. El proyecto consiste en generar células dendríticas humanas que pertenecen a pacientes con AR, a las que se les activará el fenotipo tolerogénico, es decir, inhibidor de la respuesta inmune. Así, con el fin de corroborar que son capaces de acallar la inflamación se medirán diversos parámetros en el laboratorio.

Y si bien el Fondecyt no contempla reinocular estas células ya manipuladas a los pacientes, en el caso de que los resultados sean positivos sería factible llevar a cabo un ensayo clínico de fase 1 que, incluso, podría efectuarse conjuntamente con el grupo dirigido por la Dra. Catharien Hilkens de la Universidad de Newcastle del Reino, con los cuales el doctor Aguillón ha iniciado trabajos colaborativos.

“En el mundo no se han hecho estudios similares, así que esperamos que esta estrategia experimental pueda transformarse en una alternativa terapéutica eficaz que logre mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por esta enfermedad tan invalidante”, apunta el Dr. Aguillón.

El académico efectuará la investigación en cooperación directa con el Hospital Clínico de la U. de Chile, particularmente con su Sección de Reumatología, el Banco de Sangre y el Laboratorio de Terapia Celular, y por cierto con la activa colaboración de los doctores Miguel Cuchacovich, Lilian Soto, Francisca Sabugo, Milton Larrondo y Jorge Alfaro.





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