La violencia escolar se ha instalado como una de las principales preocupaciones en materia educacional. Recientemente un estudiante de 14 años disparó en el colegio de Pudahuel, además tenía droga en su casa. ¿Qué hacer ante estas conductas?
Las estrategias para trabajar la violencia están vinculadas en el desarrollo de competencias sociales, del pensamiento crítico de nuestros hijos, en buscar espacios a través de la reflexión, por ejemplo, en la sobremesa de nuestras casas invitarlos a que evalúen, analicen las conductas y comportamiento de otros y cómo esto impacta en sus propias vidas.
Además, consejo para los padres, dejar de invalidar el mundo emocional de sus hijas e hijos con frases como “no es para tanto”, “lo tuyo no es importante”, “yo sí que tengo problemas”, “siempre se ha hecho así”, esto impacta que las niñas y niños muchas veces acumulen rabia, malestar e incomprensión por parte de su familia.
Hay un trabajo que debemos hacer en la formación socioemocional desde la validación de sus emociones que los padres y madres reconozcan que todas las emociones son importantes, validando, legitimando y aceptando cada una de ellas y desarrollar habilidades sociales en los jóvenes.
Los casos de agresiones en los colegios han aumentado en los últimos años. Los adultos tenemos la responsabilidad de ser buenos modelos de resolución de problemas.
La violencia es una realidad que puede estar presente en todos los colegios, y tiene un impacto muy negativo en la vida emocional, mental y física de todos los integrantes escolar, pero especialmente en las niñas y niños.
Hoy, cuando hablamos de violencia escolar no solo nos referimos a fenómenos ya conocidos como el bullying o el cyber bullying, sino también a la violencia que se da entre pares y entre los distintos estamentos que participan dentro de la comunidad escolar.
En el último tiempo ha sido noticia una serie de impactantes situaciones de violencia escolar a lo largo del país, pero ¿cuáles son las causas que llevan a que los hechos de violencia se estén masificando?
Rabia e incapacidad para expresarla adecuadamente.
Estrés
No saber controlar nuestras emociones.
Escasa habilidad para resolver problemas.
Impaciencia.
Poca tolerancia.
Suma de frustraciones.
Expectativas no cumplidas.
Deseo permanente de tener más.
¿Cómo trabajar con la familia?
Para prevenir y reducir la violencia, los padres pueden trabajar en su propia educación emocional para desarrollar habilidades de comunicación efectiva, resolución de conflictos, empatía y comprensión. Estas habilidades pueden ayudar a los padres a manejar mejores situaciones difíciles, a ser más conscientes de las necesidades emocionales de sus hijos, y a fomentar un ambiente de respeto, comprensión y amor en la familia.
Es importante que los padres estén atentos a las diferentes formas de violencia que pueden manifestarse en la familia, incluso aquellas sutiles que pueden pasar desapercibidas, por ejemplo, la violencia verbal, la manipulación emocional, el control excesivo, la ausencia emocional y las comparaciones son solo algunas formas sutiles de violencia que pueden afectar a los niños de manera significativa.
Para crear un ambiente seguro y amoroso en la familia, es importante que los padres se comprometan a trabajar en el cambio, identifiquen los cambios necesarios y apliquen las acciones específicas que ayuden a reducir la violencia en la familia y fomentar un ambiente de respeto, comprensión y amor.
Es importante que los padres estén conscientes de estas formas sutiles de violencia y trabajen en cambiar su comportamiento para fomentar un ambiente de respeto, comprensión y amor en la familia. La educación emocional puede ser una herramienta importante para desarrollar habilidades de comunicación efectiva y resolución de conflictos en la familia.
Arnaldo Canales Benítez
Director Ejecutivo Fundación Liderazgo Chile (FLICH). Impulsor de la Ley de Educación Emocional en Chile.
Magister en Educación Emocional y Máster en Neurociencia Aplicada.
Comunicaciones FLICH
www.flich.org