A juicio de la infectóloga de la Universidad de Chile, Jeannette Dabanch, en nuestro país actualmente “estamos rezagados” en el proceso de vacunación contra la influenza.
En conversación con la primera edición de Radioanálisis, Dabanch recordó que en 2020, en el contexto de la pandemia por Covid-19, “se logró vacunar a toda la población objetiva de forma muy rápida” y que todos pusimos en práctica medidas “que junto con la vacunación, disminuyen el riesgo de enfermar”.
“Esto fue, tratar de evitar los lugares hacinados o cerrados, ventilar adecuadamente, lavarse las manos y evitar el desplazarse con síntomas respiratorios”, precisó.
Sin embargo, la infectóloga aseguró que a partir del 2022, con el levantamiento de las restricciones a la circulación, se empezaron a dejar de lado estas prácticas.
“En este contexto, en el 2023 no logramos una cobertura adecuada y en los tiempos que se necesitan. Para la vacuna contra la influenza necesitamos este número mágico del 85% en un período acotado de tiempo y esto es para que en el momento en que comiencen a circular los virus influenza, nuestras defensas hayan recibido bien la información de la vacuna y estemos reforzados para evitar enfermar o más que enfermar, tener una enfermedad grave”, explicó.
Dabanch enfatizó en que este año también “hemos ido lento”. “Llevamos alrededor del 61% de la población vacunada y sin embargo decimos: ‘Vamos bien, hemos administrado vacunas a cinco millones de personas’. Yo lo miraría al revés, ya no me preocuparía de los que tengo vacunados, sino que me preocuparía en llamar a los que no he vacunado que son casi cuatro millones y con una circulación muy intensa de influenza”, estimó.
En esa misma línea, la experta afirmó que el 85% “no es un número antojadizo, sino que es un número muy bien estudiado por las personas que se dedican tanto a la vacunación como a evaluar su impacto y han demostrado hace muchísimos años, que para esta vacuna necesitamos cubrir ese porcentaje de la población para que se produzca el efecto que nosotros llamamos de rebaño”, dijo.
Respecto a lo que se debe comunicar a la población, Dabanch indicó que el mensaje debería ser: “Yo no me canso de estar viva y no me canso de estar viva sin secuelas”.
“Las vacunas han demostrado ser la intervención de salud pública más exitosa que conocemos, junto con el lavado de manos. Yendo hacia la vacuna del SARS COV 2 en estos cuatro años y en estos prácticamente tres años en que conocemos la vacunación poblacional, este ha demostrado reducir de forma significativa la muerte y en segundo lugar, ha demostrado reducir significativamente las secuelas. Por lo tanto, yo no hablaría jamás de cansancio de vacunarse. Yo no me canso de respirar y las vacunas me permiten estar viva y estar sin secuelas”, insistió.