Teresa Valdés: "El «amiga, yo te creo» busca contrarrestar una cultura que duda de la credibilidad de las mujeres"

La coordinadora del Observatorio de Género y Equidad hizo hincapié en que esta afirmación no es una contradicción a la presunción de inocencia. "El reconocimiento de los derechos de las mujeres es un proceso largo", enfatizó.

La coordinadora del Observatorio de Género y Equidad hizo hincapié en que esta afirmación no es una contradicción a la presunción de inocencia. "El reconocimiento de los derechos de las mujeres es un proceso largo", enfatizó.

Este lunes por la noche se dio a conocer a través de un comunicado del abogado de Gabriel Boric, Jonatan Valenzuela, una denuncia contra el Presidente por abuso sexual y difusión de imágenes intimas, la que al día siguiente fue desmentida por el asesor legal de la víctima, Jaime García, pues sólo se trataría de una acusación por el segundo delito.

Al respecto, en conversación con la primera edición de Radioanálisis, la coordinadora del Observatorio de Género y Equidad, Teresa Valdés, reflexionó sobre este caso y los demás procesos judiciales de figuras públicas relacionados con ilícitos de connotación sexual.

“Como sociedad nos estamos mirando al espejo, el que nos está devolviendo una imagen con dimensiones que nunca había puesto sobre la mesa. Entonces, estamos obligados a mirarnos, cómo funciona la cultura y las instituciones, dónde están nuestras debilidades (…) Estamos mirándonos al espejo y éste nos devuelve una imagen que no nos gusta, nos gusta parcialmente o que tiene muchas aristas complicadas”, analizó.

Para la socióloga, al mundo político le ha “costado mucho” procesar estos casos: “Porque esto es un tema de poder que se cruza con otros poderes. No se alinea con está dirección de los seres humanos, que tiene que ver con el placer y con la felicidad, no va a la par con lo que es el poder político, esta es una dimensión que cruza de otra manera”.

“Entonces, no le viene nada de bien al poder político, no le resulta porque no es algo controlable, eso es lo más notable que tiene la dimensión de la sexualidad y del placer, que no es algo que entre comillas se pueda definir por decreto, por eso hace mucho ruido a lo que se supone que somos: seres racionales que definimos nuestras conductas desde un deber ser. Y de pronto aparece que hay otras líneas que se están cruzando”, explicó.

Respecto a los cuestionamientos al “amiga, yo te creo”, Valdés sostuvo que: “Cuando se dice “amiga, yo te creo”, es una afirmación genérica, que va claramente a contrarrestar una cultura o un sistema en el que se ha puesto en duda la credibilidad de las mujeres“.

No es lo mismo que decir que toda acción de mujer efectivamente es verdad. Para eso existen procedimientos y existe el sistema judicial, para establecer caso a caso qué es lo que ha sucedido (…) Pasamos de una situación en la que las mujeres no eran creíbles por una cantidad de razones culturales, sobre todo estereotipo, condiciones, vida pasada. Vemos que es lo que sucede cuando se trata de desacreditar la opinión de las mujeres, frente a eso empezamos a decir que esa no es la manera, la forma es investigar haciendo abstracción, poniendo objetivamente qué es lo que ha sucedido y hay una obligación igual de investigar los hechos”, destacó.

Acerca del supuesto antagonismo entre el “amiga, yo te creo” y la presunción de inocencia, Valdés fue categórica en señalar que “no es una contradicción, lo que pasa es que la cultura en la que estamos nos obliga a mirar muchos planos simultáneamente”.

El feminismo no es por decreto, el reconocimiento de los derechos humanos a las mujeres es un proceso largo. Evidentemente lo que necesitamos mirar son distintos ámbitos en los cuales esos se produce o no se produce. Entonces, frente al tema del «amiga, yo te creo» lo que estamos diciendo en general, es que no se puede cuestionar la decisión y la opinión de las mujeres, vamos a investigar y hay la misma obligación, que es la presunción de inocencia”, precisó.

En ese sentido, la especialista en materia de género indicó que “tenemos una serie de acuerdos civilizatorios de incorporar miradas que reconocen de que no hay igualdad de condiciones entre mujeres y hombres en nuestra cultura, que tiene que ver con el machismo y el patriarcado, el que ha puesto a las mujeres en condiciones de inferioridad, de subordinación, en condiciones de que hay privilegios masculinos respecto de los cuales las mujeres tendríamos que estar obedeciendo o gentilmente respondiendo”.





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