El Tribunal Eclesiástico de Apelación validó las acusaciones de abusos sexuales contra el cura Fernando Karadima de parte de una de sus presuntas víctimas.
Además, la corte consideró válidos los argumentos para otorgar la anulación del matrimonio entre James Hamilton y María Verónica Miranda.
Según el fallo, James Hamilton, fue “abusado sexual y sicológicamente por su director espiritual antes y después del matrimonio” y que los vejámenes sufridos llegaron “hasta el punto de hacerlo perder la claridad para distinguir entre el bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto”.
El tribunal sentenció que el influjo de Karadima sobre Hamilton fue de tal gravedad que lo llevó a “una negación de lo que le decía su conciencia y un sometimiento a la conciencia de otro, que le dictaba lo que tenía que hacer hasta en las cosas menores y domésticas”.
El Tribunal Eclesiástico de Apelación validó las acusaciones de abusos sexuales contra el cura Fernando Karadima de parte de una de sus presuntas víctimas.
Además, la corte consideró válidos los argumentos para otorgar la anulación del matrimonio entre James Hamilton y María Verónica Miranda.
Según el fallo, James Hamilton, fue “abusado sexual y sicológicamente por su director espiritual antes y después del matrimonio” y que los vejámenes sufridos llegaron “hasta el punto de hacerlo perder la claridad para distinguir entre el bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto”.
El tribunal sentenció que el influjo de Karadima sobre Hamilton fue de tal gravedad que lo llevó a “una negación de lo que le decía su conciencia y un sometimiento a la conciencia de otro, que le dictaba lo que tenía que hacer hasta en las cosas menores y domésticas”.
El Tribunal Eclesiástico de Apelación validó las acusaciones de abusos sexuales contra el cura Fernando Karadima de parte de una de sus presuntas víctimas.
Además, la corte consideró válidos los argumentos para otorgar la anulación del matrimonio entre James Hamilton y María Verónica Miranda.
Según el fallo, James Hamilton, fue “abusado sexual y sicológicamente por su director espiritual antes y después del matrimonio” y que los vejámenes sufridos llegaron “hasta el punto de hacerlo perder la claridad para distinguir entre el bien y el mal, lo correcto de lo incorrecto”.
El tribunal sentenció que el influjo de Karadima sobre Hamilton fue de tal gravedad que lo llevó a “una negación de lo que le decía su conciencia y un sometimiento a la conciencia de otro, que le dictaba lo que tenía que hacer hasta en las cosas menores y domésticas”.
