La legislación de Israel que prohíbe el trabajo de la UNRWA entró en vigor este jueves. Actualmente, el organismo asiste a casi seis millones de personas en la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, así como en Líbano, Siria y Jordania.
En medio de la lluvia y una enorme destrucción, los palestinos desplazados intentan regresar a lo que queda de sus hogares. No hay escuelas ni hospitales. Menos servicios básicos. Solo quedan los escombros que dejó la ofensiva israelí.
La organización destacó que las israelíes liberadas “muestran su total salud física y psicológica”, mientras que el “abandono y agotamiento” de sus presos es evidente: “Representa la diferencia entre los valores de la resistencia y la ocupación”.