“Consideramos que para esto, la intervención de la comunidad internacional es clave”, indicaron.
El partido se iba a jugar en Jerusalem y era visto como un acto ofensivo por parte del pueblo Palestino quien pidió, formalmente, a través de su gobierno que Lionel Messi y sus compañeros no jugaran en el Estado que ha asesinado a futbolistas palestinos.
Organizaciones de Derechos Humanos trasandinas se han opuesto a la realización del partido amistoso entre la selección que dirige Jorge Sampaoli e Israel. “No es válido sostener que los seleccionados deportivos no representan a las naciones o estados”, sostienen.
El doble rasero de la Unión Europea y en forma especial de Estados Unidos, ha permitido a Israel continuar su política de agresión y exterminio de la población palestina, al amparo del nulo apoyo de esta Alianza occidental en materia de boicotear, evitar la inversión y sancionar a un régimen que viola la legislación internacional. Todo ello en un marco de violación de los derechos humanos de la población palestina en los territorios ocupados.