El litigio internacional se inició en junio de 2016 cuando Chile presentó la demanda ante la Corte Internacional de Justicia para que las aguas del río Silala sean declaradas internacionales.
Aunque el presidente Piñera expresó la jornada del jueves que no reconocía legitimidad al segundo gobierno de Nicolás Maduro, Roberto Ampuero expresó que mantener relaciones con el país caribeño “permite estar en contacto con los 16 mil chilenos aproximadamente que viven en Venezuela”.
En un breve punto de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores ratificó el anuncio hecho por el propio presidente el sábado pasado respecto de no adherir al Pacto Migratorio
El canciller Roberto Ampuero señaló que entre la tercera y la cuarta semana de noviembre, los chilenos que solicitan ser repatriados podrían volar de vuelta al país.
Nuevamente, y con el mismo resultado ausente de éxito, Estados Unidos jugó a la polarización extrema en el seno del organismo con respecto a Venezuela, y endosó su victoria política a un objetivo difícil de alcanzar. El típico y cada vez menos efectivo “todo o nada”, que tantos resultados negativos le ha traído a la Administración Trump en su conflicto existencial contra Rusia, China, Siria, Irán, Corea del Norte y, por supuesto, Venezuela.