Solo 21 mandatarios han manifestado su intención de asistir al evento, que además, está cubierto por las acusaciones de corrupción que involucran a numerosas autoridades regionales.
“El presidente permanecerá en Estados Unidos para supervisar la respuesta estadounidense a Siria y monitorear los acontecimientos en todo el mundo” fue la declaración oficial que realizó la Casa Blanca para justificar la ausencia del mandatario republicano.
La autoridad incaica retiró la invitación al presidente venezolano Nicolás Maduro por tener a su país “sumergido en una crisis”. Sin embargo en la nación vecina no se queda atrás: sus últimos cuatro presidentes, incluido el actual, se han visto involucrados en casos de corrupción. El actual mandatario peruano deberá enfrentar un posible segundo proceso de destitución.
La última Cumbre de las Américas realizada el fin de semana en Panamá tuvo como protagonista principal a un país que hace más de medio siglo no integra la OEA. Cuba acaparó todas las miradas luego que su presidente, Raúl Castro, se reuniera en un hecho también histórico con su par norteamericano, Barack Obama. Después del encuentro viene el balance y el camino que queda por recorrer por cumplir lo prometido el 17 de diciembre de 2014: restablecer las relaciones entre la potencia mundial y la isla verde oliva.
Adelantándose a la próxima Cumbre de las Américas, el secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, hizo la propuesta. Expertos sostienen que EE.UU. ve amenazada su hegemonía en la zona, pero que el organismo regional no está en condiciones de agrupar a los países del continente bajo una sola posición.
Diversas manifestaciones de apoyo internacional han recibido en Venezuela ante las declaraciones de Barak Obama, quien tildó al país como “una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y su política exterior”. A juicio del Embajador venezolano esto es parte de la forma en que Estados Unidos enfrenta sus problemas exteriores.
Este miércoles continuará la segunda cumbre de la Celac en La Habana, cita a la que arribarán Sebastián Piñera y Michelle Bachelet. La presencia de la OEA, de la que Cuba estuvo expulsada por cinco décadas, es vista como una victoria diplomática para ese país, que lo consolida, además, como interlocutor válido de América Latina y el Caribe. Mientras, Estados Unidos pierde influencia política, aunque mantiene su incidencia económica en la región.