Desde el levantamiento popular en Daraa en 2011 hasta la caída del régimen de Asad el 8 de diciembre de 2024, el país de Oriente Medio ha sufrido 13 años de guerra especialmente mortífera, que sigue teniendo repercusiones en la región.
Luego que el gobierno sirio aceptara el ingreso de una misión de Naciones Unidas, el organismo internacional declaró que mañana lunes se iniciara la investigación en terreno, en las afueras de Damasco, ante un eventual uso de armas químicas en la muerte de 355 personas.
El portavoz de Exteriores, Alexandr Lukashévich, declaró en una rueda de prensa que “todo ello se parece mucho a un intento de crear a toda costa el pretexto para exigir del Consejo de Seguridad de la ONU se ponga del lado de los rebeldes, y así frustrar la convocatoria de la conferencia de Ginebra cuyos preparativos planean debatir el 28 de agosto en La Haya expertos de alto nivel rusos y estadounidenses”.
La localidad de Quseir, bajo control rebelde desde hace 18 meses, cayó este 5 de junio en manos del ejército sirio y de los combatientes del Hezbolá libanés, informaron fuentes del gobierno y la oposición. Irán se congratuló por lo que llamó una ‘victoria frente a los terroristas’.