El hecho ocurrió en 2015 cuando Luciano Debrott recibió el disparo de una bomba lacrimógena a 15 metros de distancia provocándole heridas y graves secuelas. Uno de los querellantes, el abogado Cristián Cruz, criticó la labor de la Fiscalía que prefirió desistir de la acción penal contra el oficial responsable del ataque.