En espera a su construcción, el mandatario ordenó la instalación de una serie de pozos de agua dulce para consumo humano y una Planta de Tratamiento de Aguas Servidas para riego.
Ahora se inicia un plazo de indicaciones que permitirían su despacho a ambas Cámaras del Congreso, cuando expertos aseguran que la decisión provocaría seguir “destruyendo los ecosistemas naturales que esta ley ha favorecido”.