Recoletras se convirtió en la primera librería popular de Chile y su aparición puso al descubierto, gracias a un estudio de Fundación Vivienda, el complicado o casi nulo acceso a los libros en algunas comunas de Santiago. Sin embargo, en regiones el panorama es aún peor. Diego Álamos, fundador de la única librería en San Pedro de Atacama, comentó a nuestro medio cómo se mueve la industria del libro en pleno desierto y que “vive en una atemporalidad y no necesita best sellers”.