“AR Panimávida Solar” es la planta que pretende emplazarse en 160 hectáreas de terrenos agrícolas y que, según la organización, pone en riesgo la seguridad y soberanía alimentaria del sector.
Organizaciones sociales, académicos y la comunidad en general han rechazado transversalmente la instalación de una represa en el mismo lugar donde, hace 60 años, cientos de civiles y militares lograron despejar los tacos provocados por el terremoto, salvando las ciudades ubicadas río abajo.