Durante el segundo semestre de 1973, el Museo Nacional de Bellas Artes debía inaugurar una exposición proveniente de Argentina que había sido diseñada por Nemesio Antúnez y el gestor cultural Jorge Glusberg. Por más de 47 años, esta serie permaneció en los depósitos del Museo y su origen fue un misterio. No obstante, hoy las piezas forman parte de una exhibición.
Recientemente, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) facilitó cuatro obras chilenas, de la segunda mitad del siglo XIX, al Museo de Arte de Sao Paulo (MASP). El préstamo se da en medio de un intenso debate respecto de cómo actualizar la ley que regula este proceso.