El mundo se prepara para rendir un último homenaje al gigante de la literatura, Gabriel García Marquez, fallecido el jueves a los 87 años de edad. Su cuerpo fue incinerado el viernes en una ceremonia privada en México, el país en donde este colombiano vivió los últimos treinta años de su vida. Todo apunta a que las cenizas de “Gabito” serán repartidas entre sus dos tierras.
La noticia se hizo pública hace unas horas y aunque nadie puede decir que fue una sorpresa, el hecho está ahí. Gabriel García Márquez ha muerto y la gente lo está llorando. Como se llora a un amigo, como se llora a un ser querido. A un padre, a un hermano. Escritores geniales hay unos cuantos, los hubo antes de Gabo y los habrá después porque la humanidad es así. Persistente en sus esfuerzos. En sus tremendas ganas de seguir adelante a pesar de todo. Pero escritores que despierten la ternura de la gente son menos frecuentes.