La pausa de acciones bélicas en territorio sirio, que los gobiernos de la Federación Rusa y Estados Unidos acordaron en Ginebra el día 9 de septiembre, entró en vigor tres días después, dejando en el ambiente grandes interrogantes respecto a su puesta en práctica, efectividad y los resultados que se pudieran obtener, sobre todo, porque procesos anteriores de treguas y negociaciones de paz han resultado un fracaso .
El ejército sirio retomó este domingo la ciudad antigua de Palmira, caída en manos del grupo Estado Islámico en mayo de 2015. La victoria del régimen de Bashar al Asad, apoyada por los rusos, constituye un éxito internacional simbólico, pero también militar.
La presencia de asesores militares rusos en territorio sirio y de modernas armas fabricadas por el gigante euroasiático, ha gatillado la alerta de los países occidentales y una oleada de titulares alarmistas, además de la condena de Estados Unidos.