Alrededor del 50 por ciento del mineral de hierro y cobre producido está destinado a China. Pero la desaceleración de la potencia reduce sus importaciones. En los hechos, la demanda de ese país por el mineral de hierro ha retrocedido a niveles de 2001, cifra similar a lo ocurrido con el cobre. Y como las perspectivas de la economía mundial se han debilitado, tampoco se prevé una recuperación a corto plazo de esos precios.