Se trata de la comunidad Inti Raymi. Sus edificios están asentados en pleno Américo Vespucio, en Peñalolén, lo que los deja como un ejemplo de construcciones para familias pobres por estar insertos en la ciudad, no en los suburbios. Así lo comentó Natalia Garrido, una de las voceras del movimiento que logró este objetivo.