“Mientras los militares se paseaban en los comedores con granadas en la mano, nosotros estábamos pensando en dejar por escrito nuestras vivencias a través de la música y el arte”, expuso uno de los autores de la obra, Fernando Lanfranco.
En una ceremonia junto a exprisioneros y familiares de víctimas de la dictadura, el comandante en jefe de la Armada sostuvo que no se puede desconocer lo ocurrido en la inhóspita isla magallánica que hace 50 años fue un campo de concentración.
En la ceremonia de homenaje también participaría la ministra del Interior, Carolina Tohá, pero debió suspender su viaje debido a la intensa agenda, marcada por la crisis sanitaria que vive el país.
El hecho se remonta a octubre de 1974 cuando Fernando Lanfranco, estudiante de la UTE de Magallanes, fue condenado y relegado a Isla Dawson. Posteriormente fue exiliado a Irlanda donde vivió los siguientes 14 años.
Personalidades del mundo político expresaron su pesar por la muerte del también extitular de Vivienda y de la Secretaría General de Gobierno. Luego del golpe de Estado de 1973, fue relegado a Isla Dawson.
En el fallo dictado de forma unánime se pueden leer los apremios acreditados en contra del ex Ministro de Interior y Defensa. Así, se condena a presidio remitido a dos de sus torturadores.
El Estado deberá pagar una indemnización total de más de 4 mil 500 millones de pesos a un grupo de ex prisioneros de la dictadura que estuvieron en el centro de detención de Isla Dawson.
La jueza Claudia Donoso dio curso al recurso de indemnización solicitado por treinta presos políticos que fueron trasladados hasta el centro de detención en el extremo sur.