Aún con lo que el espectador contemporáneo sabe sobre los múltiples casos de abusos sexuales bajo el alero de la Iglesia que se han ido exponiendo en los últimos años, no deja de impresionar los mecanismos de silenciamiento utilizados por la institución y la manipulación que se hizo de sus feligreses. La atmósfera de “normalización” de estos casos y las dinámicas que la hacían posible están interesantemente presentadas en el filme, gracias a un inteligente guión y una correcta puesta en escena.