La selección alemana realizó un gesto de protesta durante la foto oficial previo al partido con Japón y a través de sus redes sociales recalcó que “no se trata de un mensaje político: los derechos humanos no son negociables”.
La iniciativa emprendida por algunas selecciones tuvo que ser interrumpida ante las amenazas de sanciones deportivas por parte del ente rector del fútbol mundial.
Los siete equipos europeos que habían previsto portar un brazalete coloreado “One Love” a favor de la inclusión y contra la discriminación renunciaron el lunes a hacerlo frente a la amenaza de “sanciones deportivas”.