Lo curioso es que a las miles de personas que concurrimos voluntariamente a denunciar estos deleznables hechos nunca se nos advirtió que la reparación que el Estado posteriormente nos ofreció sería a cambio de que nuestros testimonios quedaran en un archivo secreto. Tampoco se sabe de personas que hayan denunciado los horrores sufridos pusieran como condición que éstos no se dieran a conocer.
Durante la romería en recuerdo de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante la Dictadura cívico-militar, familiares insistieron en terminar con condiciones que permiten a las Fuerzas Armadas amparar el encubrimiento, así como los privilegios que se mantienen entre sus integrantes.
En el acto oficial de La Moneda, la Presidenta llamó a romper los muros de silencio. Sin embargo, José Antonio Gómez negó que estos estén presentes en la actual institución de las Fuerzas Armadas.
En tanto, el Juez Alejandro Solís explicó que la omisión de información tiene que ver con un delito de encubrimiento.
Para las organizaciones de DD.HH. el nuevo rol de Solís genera pocas expectativas. Desde “actitudes soterradas para buscar los medios de cómo sacarlo de ese puesto”, hasta no entender cuál será su labor, si el ministro Gómez insiste en que las FF. AA. ya entregaron toda la información, son parte de las críticas.
En la entrevista, el abogado pidió que el actual Comandante en Jefe del Ejército se haga responsable de la formación de las nuevas generaciones, entregando una fuerte base moral en su enseñanza. Además, exigió que el Gobierno se comprometa con más dotación de personal y recursos para que el Poder Judicial pueda resolver con celeridad los más de mil procesos abiertos en Derechos Humanos.