Pese a que el objetivo era garantizar un fondo de US$200 mil millones para remediar la crisis de biodiversidad, no se alcanzó un consenso. “El mundo desarrollado bloqueó cualquier tipo de acuerdo”, afirmó Estefanía González de Greenpeace.
Ramón Balcázar cuestionó la falta de transparencia de los criterios que implicaron la selección de los ecosistemas que serán resguardados en la Estrategia Nacional de Litio, y acusó la ausencia de participación ciudadana en su desarrollo.