La retractación de Paul Romer quitó el piso a los dirigentes políticos que salieron a condenar el hecho a pocas horas de haber ocurrido. En la comunicación estratégica estos casos se conocen como ‘whistleblowers’: personas que realizan una especie de denuncia sin ocultar su identidad y que deben ser tomados con precaución, pues a veces declaran motivados por intereses muy propios.