Si bien el presidente de SalmonChile, Felipe Sandoval, negó que se hayan efectuado despidos de las empresas por la crisis que enfrenta la zona, dichos que fueron rechazados por los trabajadores de la Agrupación de Cesantes por el Salmón que exigieron un bono de 150 mil pesos por cuatro meses para 5 mil trabajadores.
Mientras el Gobierno continúa con la entrega de bonos a las familias de pescadores artesanales afectados por la crisis en Chiloé, grupos de trabajadores de comunas como Ancud, Quellón y Queilen aseguran que “no existe voluntad, por parte de las autoridades, de entender el contexto de cada zona”, por lo que se mantendrán movilizados.
Los dirigentes manifestaron su molestia con el Ejecutivo, mientras en otras zonas comienza a retomarse la normalidad, luego del acuerdo firmado el sábado.
La crisis social y económica en Chiloé permitió advertir problemas históricos que afectan a la región, entre ellos, el impacto de la industria salmonera. Expertos advierten que las causas del problema medioambiental no fueron el vertimiento de salmones muertos sino la sobrecarga permanente de la salmonicultura. El gobierno había anunciado para este semestre un proyecto de ley que regularía la acción de estas empresas, sin embargo hasta ahora no han habido avances.