El primer ministro saliente obtuvo este domingo en las elecciones legislativas una ventaja de siete puntos frente a su gran rival de Nueva Democracia. El líder de la izquierda radical griega debería convertirse nuevamente en primer ministro gracias a una coalición con la derecha soberanista de Griegos Independientes. Ahora se espera que aplique las reformas negociadas en julio con sus acreedores.
¿Qué pasará si el referéndum no es claramente indiciario de la voluntad popular en la medida que el “Si” y el “No” consigan porcentajes parecidos? ¿Bastará que Tsipras alcance 51 por ciento de votos “No” para negociar con la Troika desde un piso fuerte o más bien un resultado no resolutorio claro debilitará aún más su posición negociadora?
Hoy Syriza y sus medidas han puesto en la mesa europea dos vías: una a saber si la prioridad del nuevo gobierno griego y con ello un ejemplo para el resto del mundo es pagar a los acreedores que han esquilmado a las sociedades o la decisión es avanzar por el bienestar social a partir del triunfo y el voto de confianza ganado a punta de votos.
Tras los anuncios del Banco Central Europeo del mayor paquete de estímulo desde el inicio de la crisis financiera en 2008, el euro no parece apuntar a la consolidación en el largo plazo y más bien pone en carpeta factores para su disolución.