En respuesta a las críticas de sus socios de coalición, los militantes de la Falange se reunieron para analizar su relación con el Gobierno y reforzar sus posturas dentro de la Nueva Mayoría. Desde la disidencia aseguraron que se trató de una instancia “ampliada a la élite del partido”, reconociendo la incomodidad que existe por la situación que afecta al presidente Jorge Pizarro.