De las 123 instalaciones que existen en la comuna, seis han sido declaradas zonas de saturación por la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), sin embargo según el alcalde Christián Vittori, el número de antenas aumentaría en diez, perjudicando la calidad de vida de los vecinos y la comunidad, en beneficio de intereses comerciales y privados.
Según la ley 20 mil 599, el municipio a través de la Dirección de Obras Municipales, entrega los permisos de edificación a las empresas una vez que estas cumplan con los requisitos. Sin embargo, pese a que se estime inconveniente la construcción, no tiene la posibilidad de negarse.
Por parte de los vecinos, la norma señala que, previo a la construcción, se debe informar para que puedan oponerse y hacer observaciones respecto del proyecto. Pero, tanto vecinos como autoridades, han dejado en manifiesto que la información disponible es confusa y limitada.
Ante esto, el jefe comunal expresó que el la ley es insuficiente, ya que si bien regula la instalación de antenas emisoras y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, otorga muy pocas facultades a los vecinos afectados y deja nula la participación ciudadana.
“La ley no logró entregar facultades de participación a los vecinos, para evitar la instalación de estos monopostes, ni entregó nuevas facultades. Creemos que es insuficiente, por lo que es necesario modificarla en favor de que los vecinos puedan oponerse, informarse, de mejor manera respecto de la instalación. Además, pedimos declarar la zona de saturación en Maipú y estas diez zonas de alta sensibilidad, lo que establece una exigencia para las empresas: terminar con la especulación comercial”, dijo.
Además, el edil indicó que el rol del municipio sólo se reduce a aprobar aspectos técnicos y normativos, sin la posibilidad de fiscalizar las condiciones y el funcionamiento de las antenas y emisiones radiantes, que son de competencia de la Subtel.
En cuanto a las medidas de prevención, la ley indica que se debe regular el funcionamiento de las antenas, para cumplir el principio precautorio de salud, sobre todo en áreas sensibles (es decir, escuelas, jardines infantiles, hospitales, consultorios y asilos de ancianos). Al respecto, los vecinos han manifestado que esto no se ha cumplido, ya que son 20 las antenas ubicadas en áreas sensibles que no cumplen con la norma.
Angelina Barrera, perteneciente a la junta de vecinos del sector afectado de Butachauques, señaló que seguirán oponiéndose a la instalación, ya que afecta a varios vecinos y los deja sin resguardo.
“Todos sabemos que la antena de radiación celular hace mal, por eso nos oponemos, porque en nuestros barrios hay gente mayor y niños. No vamos a permitir eso, vamos a llegar a las últimas instancias, porque si es una, después serán varias. Hay que poner hoy el atajo, mañana ya será tarde”, insistió la moradora.
Dentro de los daños que provoca la instalación de antena celular, los vecinos y el alcalde denuncian problemas a la salud, la baja en la plusvalía de sus casas, la generación de ruidos molestos y desperfectos en los electrodomésticos.
En esta misma línea, el reconocido académico y doctor endocrinólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin, señaló que las ondas electromagnéticas causan problemas en el rendimiento escolar, en el trabajo, genera cefalea, trastornos del sueño y malestares generales. Dado lo anterior, el especialista apuntó que si bien la legislación chilena ha avanzado, aún falta mucho.
“Por lo general, cualquier estudio que demuestre daños en animales de experimentación se va a demostrar en el ser humano. Lo mismo va a pasar con las antenas, la OMS ya reconoce que las antenas son altamente cancerígenas en animales, pero falta la evidencia en seres humanos. Como medida precautoria, no podemos esperar que se demuestre estadísticamente mortalidad humana, para entonces tomar medidas”, explicó el académico.
Cabe recordar que la llamada ley de antenas, fue aprobada en el 2012 en medio de un intenso debate sobre los daños que provocan los altos niveles de exposición a campos electromagnéticos, y sobre todo debido a la necesidad que la opinión de la ciudadanía se dé a conocer.