Si un auditor imaginario se dedicara durante la temporada 2018-2019 a pasearse por diferentes continentes para escuchar a las principales orquestas del planeta y escogiera un centenar de conciertos, ¿cuántas veces encontraría música escrita por mujeres?
Cinco, apenas en cinco ocasiones lo lograría.
En medio de la discusión sobre la participación femenina en diversas artes, esta semana se revelaron cifras brutales sobre la presencia de compositoras en conciertos: las 15 principales orquestas del mundo realizarán 1.445 conciertos a lo largo de la temporada y los que contemplan música creada por mujeres son apenas 76. Es decir, en el 94,7 por ciento de los conciertos solo se puede escuchar música concebida por hombres.
Más específicamente, en esos conciertos se interpretarán 3.524 obras, de las cuales solo 82 fueron escritas por mujeres. En porcentajes: el 97,7 por ciento de las composiciones serán de hombres y solo un 2,3 por ciento corresponderán a mujeres.
Las estadísticas se desprenden de un análisis elaborado por el proyecto Donne – Women in Music, creado por el sello discográfico Drama Musica y liderado por la soprano Gabriela Di Laccio. “Realmente no lo entiendo, ya no hay más excusas. La idea de que quizás no haya suficientes mujeres compositoras o que la música no es bastante buena… eso está en el pasado”, dijo la cantante al diario británico The Guardian, al comentar las cifras.
El estudio examinó la programación anunciada para 2018 y 2019 por las 15 mejores orquestas del mundo, de acuerdo al listado que elabora la revista especializada Gramophone. Es decir, orquestas como las filarmónicas de Berlín, Viena, Los Angeles, Nueva York y Londres y las sinfónicas de Chicago, Boston, Vancouver, Sydney y Sao Paulo, entre otras.
Se consideraron los conciertos de temporada y también las presentaciones de gala o familiares, cuando sus programas estaban disponibles; además de conciertos de cámara protagonizados por músicos de cada orquesta.
“La idea de hacer esto no es que la gente se moleste, sino que se tome conciencia. Espero que esto sea un llamado de atención”, dijo Di Laccio.
¿Qué ocurre en Chile? Nada mejor. Aunque se pueden encontrar mujeres en la interpretación, en la composición son casi invisibles. En marzo pasado, un artículo de Radio Universidad de Chile consignaba que la Orquesta Sinfónica Nacional y la Filarmónica de Santiago -probablemente las principales del país- no programaron obras de compositoras mujeres para 2018.
Del mismo modo, el último Festival de Música Contemporánea de la Universidad de Chile consideró apenas a una compositora (Tamara Miller) en su última edición, mientras que el de la Universidad Católica seleccionó tres obras de mujeres, de un total de 47.
“Yo llevo como diez años participando en festivales y en varios he estado sola”, dice Valeria Valle, parte del colectivo de compositoras Resonancia, que prepara una investigación sobre la participación femenina en los cuatro certámenes más antiguos de música actual: además de los dos mencionados, el Darwin Vargas de la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y el Músicahora de Universidad de La Serena. “Lo que estamos viendo es que la presencia femenina es de un 3% del total de obras que se estrenan respecto de los hombres, sean nacionales o extranjeros”, señala.
¿Quién puede tomar la iniciativa para remediar el problema? “Todas las instituciones tienen la responsabilidad de programar al menos una obra de una compositora, creo que debería ser un estándar”, decía la compositora británica Emily Hall al comentar las cifras de Donne. “Siempre me impacta cuando voy a un concierto y no lo hacen, parece algo muy sencillo… siempre me sorprende, parece un gran descuido”.
En Inglaterra, de hecho, eventos como los tradicionales BBC Proms se han puesto como objetivo tener una paridad de compositores hombres y mujeres en 2022.
“Por alguna parte hay que comenzar a equilibrar la balanza”, considera Valeria Valle, quien como académica de la PUCV participa en la organización del festival Darwin Vargas. “Las temporadas de las orquestas, festivales y universidades deberían tener como prioridad empezar a equiparar esto, porque hay mujeres que están componiendo. Ahora hay muchas más que antes estudiando, entonces eso debería ser un primer espacio para visibilizarlo”.
Claro, para eso habría que diversificar temporadas donde las obras de compositores canónicos, la inmensa mayoría hombres, tienen un predominio absoluto. “Ese es el tema: ¿estamos dispuestos a romper con las estructuras que han sesgado un sector de la creación musical o preferimos seguir como estamos, sin medidas concretas?”, pregunta Valeria Valle. “Porque siempre se dice que se considera importante la presencia de la mujer, ¿pero cómo haces evidente esa preocupación, dónde está la acción?”.