Este sábado el secretario de Estado de EE.UU. aterrizará en el país canalero por primera vez luego de que Trump revelara su interés por la infraestructura del territorio. El académico Hernando Franco advirtió que “Rubio viene con el garrote”.
En menos de 24 horas el recién asumido presidente de EE.UU. firmó una serie de decretos que vaticinan una inevitable tensión entre el país norteamericano y América Latina. Según analistas, las consecuencias de sus anuncios serían negativas.
La reciente advertencia del republicano de querer adquirir la isla de Groenlandia, sumado a su interés por retomar el control del Canal de Panamá, generan incertidumbre sobre la política exterior de su nuevo gobierno.
A casi tres semanas de su regreso a la Casa Blanca, el presidente electo de Estados Unidos sueña con nuevas conquistas territoriales, las que ha hecho públicas a través de una serie de declaraciones.
La polémica surgió cuando Trump, en su red social Truth Social, afirmó que no permitiría que el canal cayera en “manos equivocadas”, refiriéndose a una supuesta influencia china.
“Bienvenidos al canal de Estados Unidos”, fue el último mensaje del magnate tras la respuesta del presidente panameño, José Raúl Mulino, quién afirmó tajante que “cada metro cuadrado” del paso interoceánico y “su zona adyacente” es de Panamá.
El cambio climático amenaza la existencia del Canal de Panamá. El país celebró esta semana los 20 años del traspaso de la vía a manos panameñas, aunque con preocupación: la falta de agua pone en peligro la actividad del canal, importante fuente de ingresos para el presupuesto estatal.
Expertos y autoridades comunales cuestionan la decisión del gobierno de adjudicar la concesión del primer tramo de la autopista Vespucio-Oriente. Las críticas apuntan al consorcio adjudicado para la construcción, además de una licitación se habría zanjado en muy pocos días.