Molestia generó  el nuevo presupuesto fiscal destinado al área. Si bien se aumentaron los recursos totales,  éstos no fueron para investigación, sino para becas, lo que afecta directamente a las nuevas generaciones de científicos.

“Como los dineros son tan ajustados, estamos mal, porque si usted le saca el dinero de arrastre, le saca lo de administración,  creo, y responsablemente lo digo, que el año 2010 en el concurso regular se van a aprobar menos proyectos que este año”, así de categórico es el presidente del Consejo de Sociedades Científicas y director del Programa Académico de Bachillerato de la U. de Chile, Jorge Babul, respecto de los recursos que se destinan a las ciencia en nuestro país.

El académico de la Universidad de Chile destacó que cada año se retrocede en esta materia en lugar de avanzar, pues lo más importante es dar la oportunidad a nuevos científicos. Además,  criticó que  el proceso de asignación de becas se haga sin consultar a las principales formadoras en materia de educación superior, las universidades.

“Estamos muy preocupados, porque si un país quiere aumentar el número de científicos, ya que  somos muy pocos en Chile y  debiéramos ser 20 veces más de los que somos, esta no es la manera de ir adelante. Todo el programa de Becas Chile no fue conversado con las universidades y yo estoy repitiendo algo que el mismo rector de la Universidad de Chile dijo ante la comisión mixta del Congreso”, afirmó.

Ideas que comparte el vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile, Patricio Velasco, quien lamenta que pase el tiempo y no haya reales mejorías presupuestarias, perdiéndose muchos proyectos científicos de calidad.

“Desde hace mucho tiempo ha estado el objetivo de duplicar el gasto en investigación y desarrollo y, consecuentemente, aumentar los presupuesto de al as agencias públicas que financian la actividad de investigación científica, hecho que no se ha cumplido con los años. Y lo que ocurre es que crecientemente hay una mayor demanda de financiamientos para proyectos de investigación científica y tecnológica, que a pesar que tiene una buena calificación en el proceso de evaluación no obtienen financiamiento, justamente por las discusiones presupuestarias”, señaló.

Según cifras del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), el presupuesto del año 2009 fue de 41.696 millones de pesos, y para el año 2010 se esperarían 47.657 millones, lo que significa un claro aumento de asignación de recursos. Sin embargo, el problema es que este porcentaje o se destinaría a becas y no a más proyectos de innovación.

Asimismo, cabe destacar que un gran margen de los recursos asignados a materia científica se reparte en proyectos de arrastre, es decir, a investigaciones que ya están en curso. No obstante,  la apertura de nuevas iniciativas es mínima.

En el año 2008 la cantidad de proyectos nuevos asignados a científicos fue de 433, el de este año bajó 404. La cifra es aún más dura en términos de proyectos otorgados a estudiantes de pregrado: el  2008 fue de apenas 181 y este año, sólo 180.

El Consejo de Sociedades Científicas de Chile, que  tiene un cuarto de siglo de existencia y reúne a 23 sociedades científicas de distintas disciplinas, señalaron estar esperando la decisión del Consejo de Innovación, donde se va a discutir el tema y se evaluará futuras manifestaciones en rechazo al presupuesto.  De hecho, el año donde  hubo mayor asignación de recursos fue el 2007, cuando los propios científicos tuvieron que salir a la calle para protestar  por la falta de recursos.