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Ciudadanos en democracia: Ignorantes y pasivos

María Música, la joven que lanzó agua a la ministra de Educación, les reveló la falta de formación política de los jóvenes de hoy. También que vivimos uno de los períodos más pasivos de participación política de nuestra Historia. Todo esto llevó a Sofía Correa y Pablo Ruiz-Tagle a escribir Ciudadanos en Democracia. Fundamentos del sistema político chileno.

Vivian Lavín

  Jueves 13 de mayo 2010 19:58 hrs. 
Radio-Uchile

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El libro Ciudadanos en Democracia. Fundamentos del sistema político chileno (Debate, 2010)  de los autores Sofía Correa y Pablo Ruiz-Tagle entrega una mirada resumida, pero no menos profunda, de todos los aspectos básicos que un ciudadano debiera saber para denominarse como tal.

En poco más de 300 páginas resumen los principales conceptos sobre democracia representativa, el Estado de derecho, el sistema jurídico y otros mecanismos sobre los cuales se estructura nuestra sociedad.

En las palabras finales del libro, los autores señalan que se “necesitan personas bien informadas sobre los acontecimientos y sobre los principios que están en la base del Estado de Derecho, personas alertas y lúcidas, capaces de defender una ética y una política que refleje los valores de la ciudadanía en democracia”. Se trata de una obra que ha sido  “producto de largas conversaciones con Pablo desde hace muchos años, sobre la necesidad de divulgar  y hacer cercanos los principios y el sistema constitucional chileno que nos rige, especialmente a los jóvenes. Pablo quedó muy impresionado con la experiencia de María Música, al constatar que una joven para expresar su rabia había lanzado un jarro de agua en el rostro de la ministra de Educación, demostraba la falta de formación política, en los derechos”, explica la historiadora Sofía Correa, quien trabajó también durante largos años en la elaboración del currículum nacional y detectó esta enorme carencia debido a la falta de instrumentos para enseñarlos.

Se trata de una experiencia muy interesante de trabajo conjunto, puesto que fue escrito enteramente por los dos. “Hay una cuestión complicada: ¿cómo enseñar la Constitución sin que sea una cosa esclerótica y que se señala como inamovible? Nos pareció que lo interesante era hacerlo desde la historia, ya hemos tenido diversos procesos constitucionales y este es una más”, explica la académica de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Respecto de una nueva Constitución Política que refleje honestamente la democracia chilena del 2010, la historiadora y doctora de la Universidad de Oxford señala que “las elites políticas, que son las que conducen los procesos, tienen temor a un cambio. Pablo Ruiz- Tagle no habla de Constitución del 80, sino que de una Carta Fundamental que sí se legitima, con las reformas constitucionales de 1989, porque ahí sí hay un pueblo que retoma el poder constituyente que estaba en manos de la Junta Militar”.

“Este no es un libro neutro –señala Sofía Correa-, porque hacemos una apuesta por el Estado de Derecho, la Democracia y los derechos fundamentales, que son los derechos humanos ya consagrados constitucionalmente, lo que implica que la ciudadanía puede ejercerlos con propiedad. El libro también tiene una capítulo sobre cómo el sistema judicial procesa y ha acogido los recursos sobre distintos tipos de derechos”.

Los autores señalan que “el sistema político chileno enfatiza el aspecto representativo de la democracia, lo que implica que una vez que los ciudadanos eligen a sus mandatarios tienden a permanecer pasivos”. Una actitud que no corresponde con nuestra historia, ya que “la ciudadanía chilena desde el siglo XIX y hasta 1973 tuvo una creciente actitud participativa. Incluso si se mira a mediados del siglo XIX, el pequeño grupo que participaba, como el artesanado, era muy activo. Hoy, vivimos uno de los períodos más pasivos de la historia de Chile en términos políticos. Puede que tenga que ver el sistema binominal. Hay que pensar que durante la vigencia de la Constitución de 1925, cada vez que un parlamentario no podía ejercer sus funciones porque moría, por ejemplo, era reemplazado en una elección complementaria, es decir, se volvía a llamar a elecciones. La vida los partidos políticos era muy cercana  a la ciudadanía porque requerían ese voto. Hoy, se descansa más en los medios  de comunicación que en el acercamiento al pueblo, lo que es muy peligroso, porque en democracia la manera de canalizar la participación es a través de los partidos políticos y así ha sido históricamente”, advierte Sofía Correa.

La historia del sistema partidista chileno ha sido muy dinámica desde 1856 y es un logro dentro del contexto latinoamericano, por esto la historiadora señala que “hay que cuidarlos y la esperanza es que se retome la sintonía de los partidos con la ciudadanía, pero eso requiere abandonar la apatía política actual. La ciudadanía tiene formas de expresar su descontento y hay que remecerla. Por eso buscamos reunirnos con profesores para comentarles el libro y ayudarlos a trabajar este libro con sus alumnos”.

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