Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 25 de abril de 2024


Escritorio

Librería actual o biblioteca real?

Columna de opinión por Argos Jeria
Lunes 6 de septiembre 2010 10:04 hrs.


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Como todos los lectores, tengo mis preferencias en el manejo del lenguaje de los escritores de habla hispana. Pero nunca sabré si la estupenda prosa de Kundera en castellano recibe o no los aportes de su traductor(a). Ni siquiera lo sé en el caso de los escritores anglosajones puesto que no me he dedicado a verificar los escritos en las versiones original y traducida. Sí lo he hecho a la inversa, pero con intención distinta. Cuando supe que Todas las Almas, el estupendo libro de Javier Marías (en quien admiro el uso de nuestra lengua), estaba traducido al inglés, lo busqué en ese idioma para ver si la versión lograba mantener la elegancia de quien no teme a los párrafos largos repletos de puntos, comas, puntos y comas, paréntesis y guiones sin perder fluidez ni claridad. Lo que leí me produjo enorme admiración; tanta que me atreví a regalarlo a una querida – y también muy lectora – amiga inglesa. Debo confesar que, después de leer distintos libros de Roth, Auster o McEwan, mis preferencias están con las versiones originales; además del castellano, el inglés es el único otro idioma en que puedo darme ese lujo.

En un libro leído recientemente aparece el personaje central registrando la casa habitación de un tipo al cual investiga. Luego de la segunda revisión de la librería por parte de este personaje, me di cuenta de que la traductora había errado la idea pues lo que estaba siendo revisado era la biblioteca, library en inglés. Gran decepción, pues significa que podría haber muchos otros conceptos mal entregados, tal como ocurre con mucha frecuencia en los así llamados subtítulos de las películas en idioma distinto del nuestro. Además de Library, las palabras Actual y Eventual suelen producir equívocos, puesto que, escritas en inglés, la primera significa real y la segunda se refiere a algo que finalmente ocurrirá (y no que podría ocurrir, como en castellano). Las tres palabras sugieren, por su sonido, conceptos que no coinciden con su significado verdadero en castellano.

Además de los falsos cognados antes descritos, la neutralidad de género en muchos sustantivos en inglés dificultan su traducción precisa. Así, por ejemplo, neighbour puede ser vecina o vecino, y friend es amiga y amigo. En estos casos nuestro idioma es bastante más indiscreto pues una frase puede revelar más de lo que se desearía. Y qué decir del distinto género asociado a las mismas palabras en dos idiomas. Por ejemplo, puente, reloj, tenedor y bolsillo son palabras femeninas en idioma alemán y masculinas en castellano; lo inverso ocurre con palabras como montaña y silla, femeninas para nosotros y masculinas para un alemán, con todas las connotaciones subliminales que ello acarrea y que una traducción no puede capturar.

Es probable que la traducción fiel a la intención del escritor sea una tarea imposible, salvo que sea revisada por el autor cuando se trate de un idioma que entiende. Por eso que la expresión Traduttore, traditore! no se refiere necesariamente a las malas traducciones sino más bien a lo intraducible de los textos e ideas de un lenguaje a otro con fidelidad. Más que preguntarme cómo se dirá Bello Sino en otros idiomas, siento curiosidad por saber si su búsqueda es tarea universal.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.