Damnificados y autoridades de las zonas afectadas por el terremoto aseguran que la emergencia no ha terminado

El alcalde de Dichato dijo que el poblado de dos mil habitantes se convirtió en el campamento más grande del país con 450 mediaguas sin condiciones sanitarias mínimas, ni siquiera agua. Además, el jefe de los ediles, Claudio Arriagada, graficó la situación con el caso de 200 alumnos que disponen de cuatro baños químicos. La vocera Ena von Baer replicó diciendo que frente a la magnitud de la catástrofe la reconstrucción demorará unos cuatro años.

El alcalde de Dichato dijo que el poblado de dos mil habitantes se convirtió en el campamento más grande del país con 450 mediaguas sin condiciones sanitarias mínimas, ni siquiera agua. Además, el jefe de los ediles, Claudio Arriagada, graficó la situación con el caso de 200 alumnos que disponen de cuatro baños químicos. La vocera Ena von Baer replicó diciendo que frente a la magnitud de la catástrofe la reconstrucción demorará unos cuatro años.

A ocho meses del terremoto y maremoto que sacudió la zona centro-sur de nuestro país y los cuestionamientos a la forma en que se ha abordado el proceso de reconstrucción y la etapa de emergencia son permanentes.

La ministra vocera de Gobierno, Ena von Baer salió al paso de las críticas al señalar que, ante la magnitud de la catástrofe, la reconstrucción tardará al menos 4 años y que el Gobierno ha superado de forma eficiente la emergencia.

Los mismos damnificados son la prueba viviente de la compleja situación que aún se vive en el sur. En Dichato se levanta el campamento más grande del país: dos mil personas habitan 450 mediaguas sin más mínimas las condiciones sanitarias.

“No han habido cambios. Yo creo que aquí hay un problema de Gobierno que en realidad se preocupó de otras cosas y nos dejó botados, pero eso está a la vista. Nosotros tenemos problemas de servicios básicos. Tenemos el campamento más grande que hay en Chile, además el tema vital, que es el agua, está muerto, lo que tiene consecuencias en temas de salud, perjuicio para los niños, para la gente de la tercera edad. Son temas delicados que se nos vienen encima y también se la va a venir al Gobierno, porque esto está recién empezando”, indicó el vocero del campamento El Molino, Miguel Barra.

Por otro lado, en zonas como Talcahuano a los más de diez ml afectados por el cataclismo no se les ha asignado hasta el momento ningún subsidio.

Una situación similar a la que se vive en Rancagua, donde los vecinos de la principal zona afectada, Villa Cordillera, iniciaron una huelga de hambre, la que depusieron a la espera de una reunión que sostendrán este viernes con la ministra de Vivienda, Magdalena Matte.

Una situación fue catalogada de “crítica” por los parlamentarios de la zona. La diputada socialista por la Octava región, Clemira Pacheco, reprobó la postura de las autoridades de Gobierno y advirtió un verdadero desconocimiento de la real magnitud de los hechos.

“La emergencia no ha terminado cuando todavía se encuentran a familias a las que no se les ha entregado la media agua, ellos no tienen el material para poder cerrar por dentro estas casas. Cuando se habla que ellos han cumplido (el Gobierno), que son cuatro meses de emergencia. No sé en qué país viven, creo que el Chile real es una cosa y me parece que las autoridades de gobierno viven en un Chile muy distinto, ya que en Las Condes es un Chile muy distinto a los que vivimos en Coronel, Cerro Verde, Villarrica o las caletas de pescadores”, señaló la parlamentaria.

Por su parte, el presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, Claudio Arriagada, afirmó que los alcaldes no han contado de forma oportuna con los recursos, aludiendo a las palabras de la ministra Matte, quien los tildó de “ineficientes”, y posteriormente pidió disculpas por sus declaraciones.

“Han habido fallas sustantivas en este proceso de reconstrucción que tenemos que acoger claramente, que ha sido muy lento. Yo veo alguna tendencia a dar golpes de efecto. A nivel de Educación se termina anunciando que están todos los niños en clases como si por arte de magia pudiéramos tener todas las escuelas en condiciones, y para cumplir ese propósito se sacrifica los estándares de calidad mínimos. Por ejemplo, nadie se preocupa de que puedan haber cuatro baños químicos para doscientos niños, nadie se preocupa de que un comedor esté a la hora adecuada para que puedan almorzar, nadie se preocupa de que treinta o cuarenta alumnos estén dentro de un pequeño contenedor en clases”, señaló el jede de los alcaldes.

Cabe señalar que un grupo de estudiantes de Constitución se negó a rendir la prueba Simce de Inglés ante el hacinamiento y las malas condiciones en las que aún están estudiando.

Estas son algunas de las réplicas sociales que dejó en nuestro país el sismo del pasado 27 de febrero y cuyos efectos aún debemos enfrentar.





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