El primer ministro británico, David Cameron, prometió el martes restaurar el orden y decidió reforzar los efectivos policiales en Londres, que pasarán de 6.000 a 16.000, tras tres noches de disturbios y saqueos en varias ciudades que ya se han cobrado su primera víctima mortal. Un hombre de 26 años, herido de bala durante los incidentes registrados en Londres el lunes por la noche, falleció por la gravedad de las lesiones, informó la policía.
Tras una reunión de crisis en Downing Street, el premier también anunció la celebración de una sesión extraordinaria en el Parlamento el próximo jueves. Cameron, quien regresó la víspera a Londres tras interrumpir sus vacaciones en Italia, condenó las “escalofriantes escenas que la población ha visto por televisión y en las calles”, con “saqueos, actos de vandalismo y robos”.
“La gente no debe dudar de que haremos todo lo necesario para restaurar el orden en las calles”, insistió Cameron, en una breve alocución a la prensa. “Si sois lo suficientemente mayores como para cometer estos crímenes, también sois mayores para enfrentar el castigo”, advirtió Cameron, al dirigirse a los autores de los disturbios. “Sentiréis todo el peso de la ley”, agregó.
Tres días de violencia
Los disturbios, que sacuden la capital desde el pasado sábado, se han extendido a otros barrios de Londres y a otras ciudades, como Bristol, Liverpool y Birmingham. Más de 450 personas han sido detenidas en Londres desde el inicio de los incidentes, entre ellas tres hombres por “intento de asesinato”, tras herir a dos policías que conducían un vehículo.
Las fuerzas de seguridad, muy criticadas por su actuación, parecen impotentes ante los actos violentos, los peores que vive la capital desde hace más de 20 años. “Simplemente, no tenemos más unidades para enviar” al terreno, pese a haber suspendido las vacaciones de los agentes, reconoció Paul Deller, un agente
londinense.
El lunes por la tarde, la policía fue acosada por grupos de jóvenes en Hackney (este), a pocos kilómetros del estadio olímpico. Posteriormente se produjeron ataques, saqueos e incendios de coches y edificios, sobre todo en los barrios de Notting Hill, Clapham y Peckham, así como en Croydon y en la periferia de Ealing.
Los disturbios empezaron el sábado por la noche en Tottenham, un barrio deprimido y multiétnico del norte de Londres, tras una manifestación que reclamaba “justicia” por la muerte de Mark Duggan, un hombre de 29 años, fallecido en un tiroteo con la policía.