Después de tres noches de altercados, el único conato de violencia en la noche del miércoles se vivió en Londres, donde la policía dispersó sin el uso de la fuerta a un grupo de 150 personas en Eltham, en el sur de la ciudad. En Birmingham, centenares de personas rindieron homenaje a los tres jóvenes muertos atropellados en la noche del martes cuando protegían su barrio de los pillajes.
La vuelta a la calma llega después de que el primer ministro David Cameron casi triplicara el número de policías en Londres, de 6.000 a 16.000 y luego de autorizar “toda técnica que ellos consideren necesaria” para frenar a los violentos. Así, autorizó el uso de cañones de agua y bolas de goma, material reservado hasta ahora para los casos problemáticos de Irlanda del Norte.
El Parlamento reunido de urgencia
El premier hablará el jueves ante el Parlamento, reunido en sesión extraordinaria para debatir sobre los disturbios, los peores en 30 años en el país. Más de mil personas han sido detenidas desde que comenzara la violencia. Sólo en Londres, 888 personas han sido arrestadas, y 371 de ellas inculpadas, según el último balance de Scotland Yard.
La violencia se desencadenó el sábado en Londres tras la muerte, dos días antes, de un joven. Marck Duggan, de 29 años, murió el jueves de la semana pasada por tiros de la policía. “No hay pruebas por ahora” de que Duggan disparó contra las fuerzas del orden, indicó el martes la comisión independiente encargada de la investigación, según análisis balísticos.
Mark Duggan estaba en un taxi cuando murió durante un operativo policíaco contra la criminalidad en la comunidad negra, en circunstancias no aclaradas. Los primeros incidentes estallaron el sábado en Tottenham (norte), tras una manifestación inicialmente pacífica organizada por sus allegados. “Hasta ahora no hay pruebas de que la pistola hallada haya sido utilizada en el incidente”, indicó la comisión independiente (IPCC), en alusión a un arma encontrada en el lugar del drama y que no pertenecía a la policía.